El presidente le quiere dar pompa a la firma de sus diez mandamientos, como le dicen en el gobierno a la decena de puntos que quiere que le firmen los gobernadores.
Para eso les quiere otorgar la Orden de Mayo, creada en 1946 por Perón para homenajear exclusivamente a los ciudadanos civiles y militares extranjeros que se hayan distinguido por sus servicios y obras personales y “merezcan la gratitud de la Nación”.
Por eso, para que el presidente pueda otorgársela a argentinos debe modificar la ley por medio de un decreto.
La excusa de Milei para otorgar una cucarda semejante a los gobernadores es que en los fundamentos de la creación de la Orden de Mayo se establece que es una condecoración concedida “a quienes con su esfuerzo contribuyen al progreso, al bienestar, a la cultura y al buen entendimiento y solidaridad internacionales en la República Argentina”. Para Milei, quienes voten la ley ómnibus cumplen esas características.
El dictador chileno Augusto Pinochet recibió la Orden de Mayo en dos ocasiones, ambas de manos de presidentes peronistas. Isabel Perón y Carlos Menem condecoraron al chileno, pero Alberto Fernández le retiró las distinciones post mortem con un decreto a tres meses de dejar la presidencia. El cantante catalán Joan Manuel Serrat también recibió la Orden de Mayo pero todavía no se la sacaron.
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