Bolivia quedó estremecida por una escena de brutalidad inédita: un joven oficial de policía fue asesinado con dinamita durante los violentos bloqueos organizados por militantes de Evo Morales, quienes exigen su restitución como candidato presidencial.
La víctima, Christian Calle Alcón, fue secuestrado por una horda de manifestantes en Cochabamba, donde lo obligaron a portar un explosivo que luego fue detonado.
“El teniente Cristián Calle Alcón fue muerto con el empleo de dinamita, luego de ser secuestrado por una horda”, confirmó con crudeza el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, durante una rueda de prensa que dejó en shock al país.
El episodio marcó un antes y un después en las tensiones sociales que vive Bolivia, tras la inhabilitación del expresidente Evo Morales para participar en las elecciones del 17 de agosto.
Bloqueos letales: cinco muertos y un país paralizado
A once días del inicio de los cortes de ruta, el gobierno confirmó cinco muertes, entre ellas tres policías, un bombero y un campesino del movimiento evista que manipulaba explosivos. La violencia se intensifica en 19 puntos de bloqueo en seis regiones, con consecuencias devastadoras para la economía y la seguridad pública.
“Ya hay cuatro militares que han perdido la vida”, precisó el ministro de Justicia, César Siles, quien advirtió sobre la gravedad de los ataques armados sufridos por las fuerzas de seguridad. Las pérdidas económicas ya superan los 100 millones de dólares, mientras cientos de camiones con alimentos y combustible permanecen varados.
El presidente Luis Arce expresó su dolor por la muerte del subteniente Calle Alcón y apuntó directamente contra el ala radical del MAS. “Nos adherimos al profundo dolor de la familia, amigos y compañeros del subteniente Christian Calle Alcón, una nueva víctima del cobarde y violento ataque de los grupos evistas que bloquean las carreteras del país”, escribió en redes sociales.
Arce también prometió que los operativos continuarán hasta despejar completamente las rutas: “Vamos a devolverle carreteras expeditas al pueblo boliviano”, enfatizó.
Morales, desde la clandestinidad, denuncia represión
Mientras tanto, Evo Morales reapareció en X (ex Twitter), donde aseguró que las manifestaciones son “legítimas y justas” y acusó al gobierno de criminalizar la protesta.
“No se combate el hambre con bala, no se responde a la pobreza con represión y no se defiende la democracia proscribiendo a líderes o partidos”, escribió Morales, quien permanece oculto debido a una orden de detención vigente por trata de menores.
Morales fue inhabilitado por la Justicia en diciembre de 2024. Pese a eso, el 19 de mayo volvió a postularse por un partido sin personería jurídica, lo que fue rápidamente rechazado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Para el gobierno, los bloqueos y la violencia son una estrategia del expresidente para frenar los comicios y generar desestabilización.
Un país fracturado, al borde del colapso
La crisis evidencia la fractura del MAS, partido que gobernó Bolivia durante 19 años y hoy enfrenta su mayor desafío: perder el poder en un contexto de grave crisis económica, descontento social creciente y repudio a la violencia extrema.
Con Morales fuera de carrera y Luis Arce retirado de la contienda, ya son diez los candidatos que competirán en las elecciones presidenciales del próximo 17 de agosto. El futuro político del país es incierto.