En la Sala de Grandes Juicios del Poder Judicial continúa la audiencia de debate por estafas reiteradas (118 hechos) y asociación ilícita seguida contra Leonardo Cositorto, líder de la empresa Zoe, y los responsables de la oficina que funcionaba en Salta: Ricardo Vilardel, Federico Vilardel, Ana Lucía de los Ángeles Vilardel y Vilma Griselda Albornoz.
Ayer declaró otro grupo de damnificados. Entre ellos, un estudiante universitario, dos efectivos del Servicio Penitenciario, una docente jubilada y una empleada de una empresa minera. Relataron la manera en que se vincularon a Zoe y hablaron de las estrategias de promoción que usaba la compañía para captar o retener inversores.
Uno de los denunciantes refirió que cuando concurrió a las oficinas de Zoe a pedir asesoramiento le hablaron sobre las ganancias que se podía obtener pero no le mencionaron que existían riesgos. Solo le aseguraron la generación de intereses. Señaló que confió en ellos porque decían que la firma tenía una mina de oro en Jujuy, que trabajaba con criptomonedas y que tenían emprendimientos comerciales.
Otra de las damnificadas contó que en el grupo de whatsapp creado por Zoe invitaban a los contactos a participar de charlas y capacitaciones. Enviaban flyer sobre supuestos sorteos de viajes al Caribe.
La denunciante comentó que “supuestamente, las ganancias procedían de las inversiones que hacía Cositorto”. Ella tenía entendido que el líder del grupo tenía acciones en una mina, en equipos de fútbol y en hoteles. Pensó que con ese respaldo era factible que se generaran las ganancias prometidas.