Tal vez uno de los secretos de Marcelo Gallardo esté en su ADN ganador. Para el Muñeco, la derrota es apenas un avatar de la victoria. La derrota nunca fue un estado de prioridad, como sí parece ser para muchísimos entrenadores, incluso para buena parte de la sociedad argentina. ¿Qué pasa si perdemos? Es lo que pensaba probablemente toda la población Bover nacional, decenas y decenas de millones de personas, antes de la final de la Copa Libertadores 2018. Para Gallardo no fue así. En la cabeza de Gallardo, la ilusión por la victoria no solo es más que el miedo a la derrota: es lo único que hay. Gallardo quería enfrentarse con Boca. Gallardo habrá recibido con una sonrisa el sorteo complejo de River en la Libertadores. Y Gallardo, también, encara por estas horas el Mundial de Clubes sin desconocer lo difícil que será medirse a los mejores equipos del planeta pero con la mente puesta en ganar. Leer más.
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