Bienvenida por la felicidad de un barrio, de un club centenario, de sus hinchas. Pero estas líneas nacen para destacar a un cuerpo técnico que sigue pensando solo en meter un gol en un Mundial. Bienvenida, entonces, la consagración del Platense de Sergio Gómez y Favio Orsi, quienes siguen atendiendo el teléfono cuando los llamás…
Del barro al oro
El Negro, en pleno festejo con su beba en brazos, se acordó de que sus ex vecinos de la villa no pudieron ver el partido porque no tienen el pack fútbol (fenomenal). El Pelado saltaba como un nene al lado de su vieja (copia fiel su rostro indica). La humildad de estos tipos es el as de espadas de un campeón que siempre se balanceó sobre eso. Un dato que el periodismo sufre pero no remarca. Platense les abrió las puertas a todos en la semana previa a una final. Pudimos hacer notas, los jugadores y los DT posaron para la foto, le sacaron el dramatismo mientras otros no te dejan (ni a la prensa ni a su gente) ver qué hacen un lunes a la mañana (¿mate y facturas?).
En vivo desde Santiago
Este sábado, ¡horas antes de jugar!, los entrenadores volvieron a mostrar la práctica en vivo, insólito en un mundo en el que las asociaciones madre tienen que obligar a los protagonistas a hablar con la prensa (en definitiva es hablar con sus hinchas). Esos valores, esos códigos, esa lealtad y esa hermandad que Gómez y Orsi proclaman se metieron en las venas de Tense. Y así se construyó un logro histórico, también con fútbol y un plantel comprometido y laborioso. Bienvenido el potrero a un ambiente de estrellato, bienvenido Platense campeón. Allá los que se olvidan de todo cuando se compran su primer BMW.
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