Un ataque sin precedentes con drones ucranianos destruyó más de 40 aviones militares rusos en distintos aeródromos ubicados en lo profundo del territorio ruso, en lo que representa la operación de mayor alcance realizada hasta ahora por Ucrania. El presidente Volodimir Zelensky confirmó este domingo que la acción fue supervisada personalmente y ejecutada con éxito justo un día antes de una nueva ronda de negociaciones de paz directas con Rusia que se celebrará este lunes en Estambul.
El golpe, denominado operación Telaraña, fue diseñado durante más de un año y medio y consistió en el transporte clandestino de drones a través de camiones de carga que cruzaron miles de kilómetros dentro de Rusia. Según un funcionario ucraniano, los aparatos no tripulados alcanzaron objetivos estratégicos como bombarderos Tu-95, Tu-22M y aviones de detección temprana A-50 en al menos cinco regiones, incluyendo los aeródromos de Múrmansk, Irkutsk, Ivánovo, Riazán y Amur. Los servicios de inteligencia ucranianos (SBU) estimaron que los daños superan los 7.000 millones de dólares.
La ofensiva incluyó el primer ataque registrado sobre Siberia, específicamente en la base aérea de Bélaya, en Irkutsk, lo que marca una nueva fase en la capacidad operativa de Kiev. El Ministerio de Defensa de Rusia admitió que los drones, lanzados desde camiones estacionados cerca de los aeródromos, provocaron incendios en varias aeronaves. Imágenes difundidas en canales de Telegram como Baza y Mash mostraron columnas de humo y soldados rusos intentando derribar los drones a tiros.
Mientras tanto, Vladimir Zelensky anunció que una delegación ucraniana, encabezada por el ministro de Defensa Rustem Umerov, participará este lunes de una nueva ronda de conversaciones de paz en Turquía. La reunión fue convocada bajo la presión del presidente estadounidense Donald Trump, quien busca destrabar un acuerdo tras más de tres años de conflicto.
Rusia, por su parte, calificó el ataque como “terrorista” y señaló que en algunas regiones los drones fueron repelidos. Sin embargo, blogueros militares rusos reconocieron las pérdidas y apuntaron duramente contra los servicios de inteligencia del Kremlin. “Esto es un golpe demoledor para el aparato estratégico ruso”, escribió uno de ellos en Telegram, detallando la destrucción de varios bombarderos Tu-95M.
El ataque, que se produce a más de 8.000 kilómetros de la frontera ucraniana, marca un punto de inflexión en la guerra. Por primera vez, drones ucranianos alcanzan objetivos tan lejanos como Múrmansk, en el Círculo Polar Ártico, y Amur, en el extremo oriente ruso. Todo ocurrió horas antes de que se retomen los esfuerzos diplomáticos por un posible acuerdo de paz.