Ángel Di María con su familia y la camiseta de Central.
Un regreso que se demoró. Que se da después de los tristes sucesos de marzo del 2024, cuando amenazaron a su familia, balearon las cercanías del country donde vive y hasta “dejaron en la inmobiliaria de mi hermana una caja con una cabeza de chancho y una bala en la frente, con una nota que decía que, si volvía, la próxima cabeza sería la de mi hija Pía”, como había contado horrorizado Ángel.
Y es que Di María tenía pensado volver en julio del 2024, después de la Copa América. Tenía todo arreglado con Gonzalo Belloso, pero los hechos delictivos lo aterrorizaron a él y a toda su familia. Y entonces dio marcha atrás, por más que hasta le habían prometido toda la seguridad del mundo. Angelito tenía un lógico temor por los suyos. Y entonces extendió su vínculo por un año con Benfica, una decisión fue muy cuestionada por los hinchas, a punto tal que hubo un pequeño distanciamiento con el presidente de Central, ex cumpa suyo en 2005.
Ángel Di María al firmar su contrato con Rosario Central.
Su decisión de despedirse de la Selección por la puerta grande y empezar a disfrutar más de su familia, lo hizo comenzar a pensar en algo que este jueves quedó estampado con una firma: jugará un año en su amado Central. Los detenidos por las amenazas, el paso del tiempo, la insistencia de Belloso, ver que el club crece, que el Gigante está cada vez más lindo, que hay un equipo para pelear cosas importantes y, básicamente, que tanto él, como su pareja y sus hijas, al margen de sus padres y sus hermanas, todos tenían el deseo de verlo volver. Y después de confirmar que dejaba Portugal y con mucho hermetismo, llegó a Rosario el miércoles por un teórico evento familiar, pero estas 48 horas en el país eran para terminar de sellar su vuelta y estampar la rúbrica antes de su última función con Benfica, en el Mundial de Clubes (debutará ante Boca).
La presentación de Di María en Central.
El hijo pródigo pega la vuelta. La noticia rebota en todo el planeta porque Angelito es una estrella mundial y porque es un gesto de amor y locura por los colores difícil de comprender, por el peso específico de quién se trata (uno de los cinco mejores jugadores de la historia de la Selección), por todo lo que pasó en los últimos años en Rosario.
El fútbol argentino tendrá un homenaje cada fin de semana cuando Central juegue de visitante, pero también sucederá en cada encuentro en Arroyito, cuando los rivales hagan fila para pedirle la camiseta. El Clausura será histórico porque tendrá a cinco de los 26 gladiadores de Qatar, con Di María gambeteando en la tierra de los campeones del mundo.
Fuente: https://www.ole.com.ar/