Lombardo Project presenta “Escucha situada”, una reivindicación del carácter ritual, precisamente, de la escucha. La cita con esta experiencia sensorial será el viernes 30 de mayo próximo, a las 20.30, en el Salón Blanco del Centro Cultural América, Mitre 23.
Lombardo Project está integrado por Hernán Bass, Miguel Rossi, Diego Villarroel, Romina Sandoval, Rubén Rodas y Emilio Lombardo. El viernes, Pablo Soler, Diego Duto, Juan Sibila y José Burgos también estarán en el escenario. Las entradas anticipadas, en 387 4546162 y 387 4140940.
Lombardo Project es una propuesta artística situada en la confluencia entre la experimentación sonora y una toma de posición política frente a las formas contemporáneas de escucha. A través de la producción y presentación de un disco exploratorio, el proyecto se propone como una intervención crítica en un contexto marcado por la fugacidad, la fragmentación y el consumo inmediato.
Frente a este panorama, “Escucha situada” apuesta por la recuperación del carácter ritual de la escucha, entendida como una experiencia existencial, encarnada y reflexiva. “Reivindico aquí la escucha activa como un modo de habitar el sonido con atención y presencia. Escuchar, en este contexto, es también una forma de estar en el mundo”, dice Emilio Lombardo.
Desde lo técnico, el disco indaga en las posibilidades expresivas de la espacialidad estereofónica, explorando cómo el sonido construye y afecta la sensibilidad. Se trata de una invitación a suspender el tiempo de lo cotidiano, a detenerse, a entregarse a una escucha plena.
El proyecto celebra la amistad, el trabajo colaborativo y el hacer colectivo. El público no es pasivo, sino parte constitutiva del acontecimiento: hace posible el gesto artístico.
Inspirado en el pensamiento antropológico, este proyecto nace también del deseo de compartir, de construir con otros. “Las obras seleccionadas conforman una retrospectiva de mi recorrido como guitarrista y compositor, al tiempo que rinden un homenaje respetuoso al repertorio del Guitar Craft, entendido como materia viva para experimentar con la espacialidad sonora”, detalla el músico.
Pero, por sobre todo, este proyecto celebra la amistad, el trabajo colaborativo y la potencia del hacer colectivo. Porque “la música no adquiere sentido sin ustedes. El público no es aquí un oyente pasivo, sino parte constitutiva del acontecimiento: su presencia y su escucha hacen posible este gesto artístico”, dice.
“Este disco es, en gran parte, el resultado de aportes generosos y desinteresados. Por eso, más que una presentación, esta es una invitación: los invito a no solo oír, sino a escuchar. A tomarse este tiempo como un pequeño ritual. A dejar que el sonido los atraviese. Porque en esa escucha atenta también se juega algo profundo de nuestra relación con el mundo, con los demás y con nosotros mismos”, cierra la invitación.