La nueva “Arca De Noé”

0
45
Dice el relato bíblico que Noé con su familia rescató una pareja de cuantos animales había en el mundo por ese entonces y los resguardó en una barca frente al Diluvio Universal que acabaría con la biodiversidad, si no fuera por este personaje mitológico. Es sin duda una metáfora porque no hay forma de llevar esta empresa con éxito, incluso con ayuda divina.

Dice el relato bíblico que Noé con su familia rescató una pareja de cuantos animales había en el mundo por ese entonces y los resguardó en una barca frente al Diluvio Universal que acabaría con la biodiversidad, si no fuera por este personaje mitológico. Es sin duda una metáfora porque no hay forma de llevar esta empresa con éxito, incluso con ayuda divina.

Por otra parte, y cada vez con más intensidad se habla sobre el “cambio climático” y sus potenciales consecuencias a nivel global, como sequías, incendios, olas de calor y por supuesto inundaciones. Este cambio climático atribuido como resultado de las actividades humanas derivado de la emisión de gases de efecto invernadero, se suma a la “variabilidad climática” característica natural de los distintos ecosistemas que ocupan la tierra y que afectan a comunidades humanas enteras, sus producciones y por supuesto también a la biodiversidad natural del planeta.

Frente a estos dilemas asociados tanto a la naturaleza como a nuestras actividades, la estrategia principal para asegurar la persistencia de la biodiversidad ha sido crear espacios reservados que como “arcas de Noé” protejan a la biodiversidad a largo plazo. Es así como la tendencia internacional establece proteger al menos el 30% de los ecosistemas. Argentina en esa línea resguarda alrededor de un 15% del territorio entre Parques Nacionales (20%) y Reservas Provinciales (80%).

Por tradición y estrategia geopolítica, nuestro país ha tenido la tendencia histórica de crear áreas protegidas en la periferia del país, particularmente en áreas montañosas donde no interfieran con los objetivos de desarrollo agropecuario. De tal manera podemos decir a muy grandes rasgos que en el Norte Grande las áreas protegidas se ubicaron preferentemente en las áreas montañosas por encima de los 500 msnm, o en áreas de condiciones topográficas limitativas para las actividades humanas intensivas como áreas de humedales, bordes de ríos de gran tamaño o áreas alejadas de infraestructura de apoyo a la producción. En Cuyo y Patagonia se seleccionaron áreas de montaña principalmente y en el Núcleo sojero de nuestro país, prácticamente no hay áreas protegidas salvo sierras, lagunas y humedales. Es decir que en este esquema sólo se “salvaría” una porción de la naturaleza.

En otras regiones de nuestra geografía, donde predomina la matriz productiva, habita una porción importante de nuestra biodiversidad y que por razones obvias la misma se encuentra en regresión poblacional, en peligro o simplemente amenazada. Sin embargo, esta matriz productiva está generalmente asociada a espacios silvestres que la propia actividad productiva se encarga de proteger, porque así lo quieren sus propietarios, por celo patrimonial o porque visualizan que cada vez con más fuerza los productos agropecuarios podrán acceder a mercados si muestran acciones positivas en relación con la biodiversidad entre otras crecientes exigencias. La protección de esta biodiversidad incluida en los Paisajes Productivos Protegidos que lidera ProYungas, no le representa un costo al Estado, suma superficie protegida en sistemas naturales poco representados en áreas protegidas (AP), y además cumple un rol central en facilitar el traslado de poblaciones entre distintas AP ubicadas discontinuas (lo que se conoce como conectividad o corredores biológicos).

Es así entonces que entre las AP y los Paisajes Productivos Protegidos estaremos asegurando y en conjunto, gran parte del acervo natural de nuestro país alcanzando las metas a las que nos hemos comprometido como Nación, pero que además nos asegura un lugar privilegiado en los mercados del mundo.

Más allá de todo esto, proteger los bienes y servicios que la naturaleza nos provee debe ser un objetivo en sí mismo, una responsabilidad como país y como con el “Arca de Noé”, debemos mantener poblaciones viables fuera de riesgo poblacional por nuestras actividades, o por las asechanzas climáticas extremas.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí