(Desde Washington, Estados Unidos) Pese a la constante presión de la comunidad internacional, Nicolás Maduro no tiene intenciones de liberar a 31 presos políticos extranjeros que se encuentran detenidos-desaparecidos en distintas mazmorras de la dictadura venezolana.
Donald Trump, Gustavo Petro, Javier Milei, Georgia Meloni, Pedro Sánchez y Benjamín Netanyahu, entre otros líderes globales, han exigido la liberación de sus ciudadanos apresados ilegalmente por el régimen caribeño.
Pero Maduro rechaza los reclamos de Estados Unidos, Colombia, Argentina, Italia, España e Israel, alega una conspiración mundial en su contra, no revela los lugares de detención de los 31 desaparecidos, y acelera sus juzgamientos sin aportar una sola prueba legal y fehaciente.
Acorde a un relevamiento efectuado por CASLA -una organización de Derechos Humanos- y un chequeo caso por caso realizado por Infobae en Washington, Caracas, Bogotá. Madrid y Roma, hay una lista tentativa de 31 presos políticos.
Sin embargo, la nómina no es definitiva. Maduro todavía tiene en su poder a otros ciudadanos extranjeros que permanecen anónimos en distintos centros clandestinos de detención.
A continuación, las identidades y las nacionalidades de los 31 presos políticos que -hasta ahora- comprobaron CASLA e Infobae:
Facsímil de la lista realizada por CASLA con los nombres y las identidades de los 31 presos políticos extranjeros que Nicolás Maduro detiene ilegalmente
Facsímil de la lista realizada por CASLA con los nombres y las identidades de los 31 presos políticos extranjeros que Nicolás Maduro detiene ilegalmente
Facsímil de la lista realizada por CASLA con los nombres y las identidades de los 31 presos políticos extranjeros que Nicolás Maduro detiene ilegalmente
En este contexto, la comunidad internacional converge en bloque sobre Maduro para lograr la libertad de 31 presos políticos extranjeros, pero en términos de negociación táctica cada gobierno aplica distintos recursos diplomáticos.
Donald Trump ya le probó a Maduro que puede entrar a Venezuela y ejercer su poder global: en jugada inesperada para el régimen caribeño, liberó a los cinco opositores políticos que estaban refugiados en la embajada de Argentina en Caracas.
Fue la Operación Guacamaya, que desnudó los niveles de corrupción del sistema de seguridad de la dictadura venezolana.
Desde esta perspectiva, la administración republicana advirtió a Maduro que tomará represalias, sino libera a 11 presos políticos que considera una prioridad nacional. Entre ellos hay un ciudadano israelí y Nahuel Gallo, que es un gendarme argentino.
Donald Trump y Georgia Meloni en la puerta de la Casa Blanca, (Washington, Estados Unidos)
A diferencia de Trump, Georgia Meloni apela a la negociación diplomática. Maduro tiene detenido sin evidencias a Alberto Trentini, un ciudadano italiano que trabajaba en la ONG “Humanity and Inclusion” desde octubre de 2024.
Trentini fue capturado ilegalmente por las autoridades de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), y durante 181 fue desaparecido por el regimen venezolano.
Tras una larga negociación secreta, Maduro aceptó que Trentini pudiera hablar con su familia. Es decir: la dictadura blanqueó su detención ilegal, pero negó su libertad inmediata.
“Este avance es fruto de una larga mediación diplomática. Agradezco una vez más a Nicolás Maduro su atención al asunto y espero que se logre la pronta liberación de nuestro ciudadano italiano”, afirmó Edmondo Cirielli, viceministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, hace dos días en Roma.
Gustavo Petro y Nicolás Maduro durante un encuentro oficial en Venezuela
Colombia es el país con mayor cantidad de ciudadanos que están detenidos-desaparecidos por la dictadura de Venezuela. Gustavo Petro y Maduro tienen buena relación personal y coinciden en la mirada ideológica del mundo.
Sin embargo, Maduro es reluctante al pedido de libertad que Petro -una y vez- presenta en favor de sus ciudadanos.
La respuesta negativa del dictador, frente a un obvio aliado regional, desnuda su estrategia: los presos políticos extranjeros son apenas un objeto de cambio para un régimen aislado y en constante crisis social y económica.