El Senado dio media sanción a la ley que incorpora un artículo en la ley 8340 para establecer un esquema de prevención y para que el Ministerio de Salud Pública provincial recupere gastos por práctica negligente en el uso de pirotecnia sonora.
La Ley provincial 8340 prohíbe el uso, tenencia, comercialización, manipulación, fabricación, acopio, exhibición y expendio de todo elemento de pirotecnia con efectos audibles o sonoros.
El titular de la comisión de Legislación General, Javier Mónico, explicó que el proyecto tiene por objeto que quien se atienda en hospitales públicos por lesiones a raíz del uso negligente de pirotecnia, pague la prestación.
La ley facultará al Ministerio de Salud provincial a recuperar los costos de las prestaciones de salud, medicamentos, prótesis y tratamientos que se hubieran destinado en beneficio de las personas que, por negligencia en el uso de pirotecnia, sufran lesiones y requieran atención médica en los efectores del sistema sanitario público.
La iniciativa, que ahora pasó en revisión a la Cámara de Diputados, también propicia que, durante el ciclo lectivo las instituciones educativas públicas y privadas, primarias y secundarias de la provincia, implementen módulos educativos para sensibilizar sobre los riesgos y el impacto del uso de pirotecnia, en especial sobre personas que sufren trastornos del espectro autista, además de personas mayores y mascotas.
En forma previa al tratamiento, la comisión de Legislación General del Senado escuchó las opiniones de los representantes de las ONG. Padres TEA y Fundación te Amo, Luis González y Carlos Ovejero, respectivamente.
González consideró importante que a través de políticas públicas se genere conciencia en la población ya que cuando hay celebraciones con estruendos la gente con TEA sufre. “Se batalla contra el desconocimiento para lograr empatía y es importante saber que más allá de la inclusión, se trata de convivencia”, señaló.
También se hizo hincapié en la necesidad de mayor accesibilidad en el interior para poder llegar al diagnóstico y al tratamiento adecuado, dado que el TEA es una discapacidad invisible que puede ser detectada desde los 18 meses.