“Se me permite también una palabra, un saludo (…) en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo en Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe”, subrayó desde el balcón de San Pedro del Vaticano.
“Gracias papá Francisco por esa tu última bendición que nos regalaste en esta plaza. Queremos ser una Iglesia misionera que construye puentes de diálogos, que está dispuesta a recibir a todos aquellos que están necesitan de diálogo y amo. Queremos ser una iglesia sinodal, una iglesia que camina, una iglesia que busca la paz, una iglesia que busca estar cerca del que sufre”, dijo.
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