La ruta nacional 34, en su tramo norte entre el Río Bermejo y la localidad fronteriza de Salvador Mazza, volvió a convertirse este domingo en una trampa mortal. A la ya crítica situación del asfalto -con baches y pozos que ocupan incluso todo el ancho de la calzada en algunos tramos- se sumó desde la madrugada una densa neblina que redujo la visibilidad a apenas unos metros.
La combinación de factores volvió altamente riesgoso el regreso de cientos de automovilistas que circularon durante el fin de semana largo. El tránsito es especialmente intenso en esta zona del departamento San Martín, por donde circulan vehículos particulares, ómnibus de larga distancia y numerosos camiones de carga provenientes de Paraguay y Bolivia.
“Circulamos muy lento porque no se ve casi nada, pero también eso es riesgoso porque otros automovilistas no toman en cuenta la poca visibilidad y el mal estado de la ruta que no permite ninguna maniobra brusca”, advirtió una conductora salteña a El Tribuno, mientras regresaba a primera hora desde Tartagal hacia la capital provincial. La mujer compartió un video en el que se observa la escasa visibilidad y el peligro de los pozos sobre la cinta asfáltica.
La situación se agravó además por el movimiento fronterizo en Salvador Mazza y Aguas Blancas, donde largas filas de vehículos cruzaron hacia Bolivia para realizar compras aprovechando los precios más bajos del otro lado de la frontera. Calzado, ropa, electrónica y alimentos fueron algunos de los productos más buscados por los turistas argentinos.
Frente a este panorama, las autoridades recomiendan extrema precaución, circular con luces bajas encendidas, evitar adelantamientos y reducir la velocidad. Sin embargo, vecinos y usuarios frecuentes de la ruta insisten en que es urgente una reparación integral del tramo, cuya peligrosidad se incrementa cada año y que, bajo estas condiciones climáticas, se vuelve directamente intransitable.