En la Catedral Basílica de Salta el silencio y la emoción acompañaron ayer a quienes se acercaron a despedir espiritualmente al Papa Francisco, el día después de la noticia de su fallecimiento, a los 88 años en el Vaticano.
Hoy, el cuerpo del Santo Padre será trasladado a las 9 de la mañana a la Basílica de San Pedro. Allí, durante tres días, se desarrollará la capilla ardiente, permitiendo que fieles de todo el mundo puedan darle su último adiós. El funeral oficial será el próximo sábado, a las 10 de la mañana hora de Roma, en la Plaza de San Pedro. Luego, sus restos serán llevados a la Basílica de Santa María la Mayor, donde descansarán para siempre.
Se anticipa que, luego de la misa exequial que se celebrará en Roma este sábado, en Salta la ceremonia en su honor se realizaría a partir del lunes próximo. Será un homenaje cargado de emoción, en una tierra que lo siente cerca.
“Rezar por él”
Mónica, una vecina que llegó temprano a la Catedral, expresó: “Estoy triste, realmente no lo esperábamos. Me enteré por el noticiero. El Papa siempre será un orgullo para los argentinos. Lo admiraba cada vez que lo veía hablar, sobre todo lo que dijo en las últimas Pascuas hace poquito”. Y agregó con pesar: “Siempre esperamos su visita que nunca pasó. Hoy me acerqué a rezar por él”.
Felisa, otra devota, recordó el momento en que se enteró: “Estaba en cama cuando mi nieto vino a avisarme que había muerto el Papa. Me puse mal. Todos vamos a pasar por lo mismo. Demos gracias a Dios que estamos vivos”. Y destacó entre sollozos: “Es para valorar la humildad que tenía, cómo era con los pobres. Vine a la Catedral a rezar y pedir por él, por la paz y el trabajo”.
Por su parte, Roberto, dijo que “nadie igualará al Papa Francisco. Me preocupa lo que pueda pasar en la iglesia. Espero que el Espíritu Santo nos ilumine”.
La figura del Papa Francisco marcó un antes y un después en la historia de la Iglesia Católica. Su sencillez, su cercanía con los más humildes y su llamado constante al diálogo y la paz dejaron una huella profunda en millones de fieles, más allá de fronteras, credos y edades.
A la espera del funeral en Roma y de la misa local en Salta, muchos fieles coinciden en que Francisco fue un símbolo de esperanza en tiempos difíciles. Su paso por el pontificado quedará grabado en la historia, pero sobre todo, en el corazón de quienes vieron en él a un líder espiritual distinto: cercano, humano y profundamente comprometido con los más olvidados.