Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia y puede representar entre un 60% y un 70% de los casos”.
La ciencia ha ahondado a lo largo de los últimos años en avances y abordajes para esta patología. En ese sentido, un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia y el Centro de Envejecimiento Butler de Columbia ha revelado que los factores de riesgo y biomarcadores relacionados con el Alzheimer pueden afectar la cognición a edades mucho más tempranas de lo que se pensaba.
Los hallazgos sugieren una conexión entre la cognición y los factores de riesgo de esta patología en individuos de entre 24 y 44 años, al destacar la relevancia de la prevención temprana.
En el trabajo, los autores analizaron los factores de riesgo asociados al Alzheimer, incluidos los biomarcadores vinculados al deterioro cognitivo, en una muestra de individuos generalmente saludables de mediana edad en los Estados Unidos. Los resultados fueron publicados en la revista The Lancet-Regional Health Americas.
En la quinta fase del estudio, las encuestas presenciales, digitales y por correo electrónico se dirigieron a personas de entre 34 y 44 años, para observar cambios cognitivos en relación con los factores de riesgo previamente medidos (Imagen Ilustrativa Infobae)
“Anteriormente, la investigación sobre los factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer se ha centrado en personas de 50 años o más”, comentó la Dra. Allison Aiello, profesora de Epidemiología de Longevidad Saludable James S. Jackson en el Centro de Envejecimiento Butler y la Escuela Mailman de Columbia. “El impacto potencial de nuestros hallazgos es sustancial, ya que ofrece a los médicos e investigadores de la salud una comprensión más clara de la aparición temprana de los factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer y su asociación con la cognición antes de la mediana edad”, planteó.
Según Aiello, los resultados muestran que varios factores de riesgo y biomarcadores sanguíneos bien establecidos están vinculados a la función cognitiva incluso antes de la mediana edad. “Estas asociaciones en etapas tempranas de la vida proporcionan una base para predecir las trayectorias a largo plazo del deterioro cognitivo”, explicó Aiello.
Y sumó: “Descubrimos que ciertos factores de riesgo del Alzheimer, como la salud cardiovascular, la NTA (amiloide, tau, neurodegeneración) y los biomarcadores inmunitarios, están presentes y relacionados con la cognición en personas de cuarenta años e incluso antes”.
El equipo de Aiello empleó la escala CAIDE (Factores de Riesgo Cardiovascular, Envejecimiento e Incidencia de Demencia) como herramienta para el estudio. Esta escala incluye una serie de indicadores como la edad, nivel de educación, sexo, presión arterial sistólica, índice de masa corporal, colesterol, actividad física y la presencia del alelo APOE ε4, una variante genética vinculada al riesgo de desarrollar Alzheimer.
Las tareas cognitivas aplicadas incluyeron el recuerdo inmediato y diferido de palabras y la repetición de dígitos en orden inverso (Imagen Ilustrativa Infobae)
Para el análisis, los investigadores recurrieron a los datos recopilados en las rondas IV y V del Estudio Longitudinal Nacional sobre la Salud de Adolescentes y Adultos (Add Health), una cohorte representativa a nivel nacional que comenzó en 1994-1995 y ha seguido a sus participantes a lo largo de varias etapas.
Una sección del trabajo se basó en información de hasta 11.449 personas con edades entre 24 y 34 años, a quienes se les aplicaron entrevistas en sus hogares, evaluaciones cognitivas, controles físicos y se les tomaron muestras de sangre. En la quinta fase, las encuestas se realizaron a personas de entre 34 y 44 años, y se llevaron a cabo de forma presencial, digital o por correo electrónico.
Un total de 1.112 participantes fueron entrevistados en sus hogares, donde realizaron diversas pruebas cognitivas, que incluyeron tareas como el recuerdo inmediato y diferido de palabras, así como la repetición de dígitos en orden inverso. Además, se tomaron muestras para realizar pruebas genéticas. Las puntuaciones obtenidas en estas pruebas cognitivas fueron correlacionadas con la puntuación general de CAIDE en 529 individuos durante la quinta fase del estudio.
“Al explorar la relación entre la puntuación CAIDE y la función cognitiva en la adultez joven y la mediana edad temprana en EE. UU., se demostró que se pueden observar asociaciones significativas con factores de riesgo cardiovascular mucho antes de los 50 años”, explicó Aiello.
Los investigadores destacaron que los biomarcadores sanguíneos vinculados al Alzheimer están asociados a diferencias en la cognición décadas antes del inicio clínico de los síntomas, lo que refuerza la prevención temprana (Imagen ilustrativa Infobae)
Además, el estudio implicó biomarcadores biológicos (genéticos, neurológicos, inmunitarios e inflamatorios) en el riesgo de padecer Alzheimer. Los biomarcadores amiloide (A), tau (T) y neurodegeneración (N), se consideran cada vez más indicadores prometedores para predecir el riesgo de Alzheimer en poblaciones mayores, siempre según estos expertos.
Un factor de riesgo genético clave, la APOE, no pareció afectar a los participantes en esta mediana edad y podría no manifestarse hasta etapas posteriores de la vida.
“Nuestros hallazgos generales sugieren que los biomarcadores sanguíneos asociados con la enfermedad de Alzheimer están vinculados a diferencias en la función cognitiva décadas antes de que aparezcan los síntomas y deterioros clínicos, lo que destaca la importancia de las estrategias de prevención temprana a lo largo de la vida”, repasó Aiello.