Julia Roberts y la escena de Closer que tanto le costó filmar: “Fue horrible, la ensayamos una vez y lloré sin parar”

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Julia Roberts encarnó en “Closer” a Anna, una fotógrafa atrapada entre la culpa y la complejidad emocional

Desde sus inicios como la entrañable Vivian en Mujer Bonita, Julia Roberts fue mucho más que un rostro reconocido en la gran pantalla. Con una carrera marcada por la versatilidad y la capacidad de reinventarse, encarnó a mujeres complejas en géneros tan variados como la fantasía, el thriller psicológico o el drama judicial.

A lo largo de los años, protagonizó producciones emblemáticas como Erin Brockovich —por la que obtuvo el Oscar a Mejor Actriz—, Notting Hill, El ejecutivo y recientemente se embarcó en un nuevo proyecto con el cineasta italiano Luca Guadagnino, publicó Far Out.

Con un lugar consolidado en la élite de Hollywood, Roberts supo equilibrar éxitos comerciales con incursiones en el cine independiente, manteniéndose vigente a través de décadas.

No obstante, entre los muchos títulos que componen su filmografía, uno sobresale por motivos menos luminosos: Closer: llevados por el deseo, una cinta dirigida por Mike Nichols, que si bien confirmó su capacidad actoral, también la enfrentó a una de las escenas más emocionalmente extenuantes de su carrera.

Una crítica sin concesiones al amor contemporáneo

Basada en la obra homónima de Patrick Marber —quien también participó en la adaptación cinematográfica—, Closer: llevados por el deseo propone una mirada clínica y desencantada sobre las relaciones humanas.

El filme sigue los pasos de cuatro desconocidos cuyas vidas sentimentales se entrecruzan de forma reiterada, dando lugar a una trama de encuentros sexuales, rupturas y reconciliaciones que terminan dejando a todos sus personajes emocionalmente vacíos.

El reparto, integrado por Natalie Portman, Jude Law, Clive Owen y Julia Roberts, se mueve en un entorno donde la sinceridad parece una carga y el deseo de intimidad se convierte en una trampa.

El guion está construido con diálogos calculadamente fríos, donde los personajes se exponen y se hieren con una precisión quirúrgica. Cada uno de ellos vive un ciclo en el que busca consuelo emocional, lo encuentra de forma efímera y lo destruye, sólo para regresar a donde comenzó, más desconectado que antes.

Lejos del romanticismo tradicional, Closer: llevados por el deseo plantea una crítica feroz a las dinámicas afectivas modernas, al señalar cómo el anhelo de conexión suele naufragar en la incapacidad de comprometerse y en el miedo a la vulnerabilidad.

Julia Roberts como Anna: entre la culpa y la resignación

“Closer” es una crítica brutal al amor moderno, basada en la obra teatral de Patrick Marber

En este complejo entramado emocional, Julia Roberts interpreta a Anna, una fotógrafa que se debate entre dos hombres —Dan (Jude Law) y Larry (Clive Owen)— y una culpa persistente que la paraliza. A diferencia de otros personajes suyos más luminosos o carismáticos, Anna es introspectiva, ambigua, y en ocasiones, distante. Su dolor, sin embargo, se deja ver en matices sutiles, en silencios cargados de tensión y en gestos resignados que revelan su infelicidad.

El vínculo que mantiene con Larry, su esposo, está marcado por la fragilidad. Tras descubrir una infidelidad con Dan, Larry la confronta en una escena que se convirtió en uno de los momentos más intensos del cine reciente.

Le exige, con frialdad implacable, que le revele todos los detalles sexuales de su aventura. No como forma de obtener respuestas, sino como un ejercicio de poder y humillación.

“La escena”, el momento más difícil del rodaje

Esa secuencia, conocida entre el equipo como “La escena”, dejó una huella profunda en Roberts. La actriz relató su experiencia con una honestidad poco frecuente:

“Horrible. Le decíamos ‘La escena’. Tuve muchísimas reacciones distintas. La ensayamos una vez y lloré sin parar. La siguiente vez, me reí. Me alegré mucho cuando terminó”.

La crudeza del texto, sumada a la mirada inquebrantable del director Mike Nichols —quien evitó cortar la tensión con pausas o atenuantes—, creó un ambiente de intensidad emocional que resultó desgastante. El objetivo de Nichols era claro: capturar sin filtros la disolución de una relación y la imposibilidad de reparar una conexión rota por la traición.

Mike Nichols: una dirección sin evasivas

Mike Nichols evitó distracciones visuales en “Closer” para capturar emociones crudas con precisión quirúrgica (EFE/Nina Prommer)

Conocido por su maestría narrativa y por haber dirigido clásicos como El Graduado, Nichols aplicó en Closer: llevados por el deseo una estética minimalista, casi teatral. Lejos de distracciones visuales, su cámara se enfoca en los rostros y en los silencios, en las pausas entre frases, en las miradas que evitan decir lo que el guion sugiere.

Fue precisamente esa elección de estilo la que hizo de la confrontación entre Anna y Larry una de las escenas más memorables y perturbadoras del cine romántico contemporáneo. No hay música de fondo, no hay cortes innecesarios. Solo dos personas destrozándose con palabras.

Un papel que dejó cicatriz

La escena incomodó a Roberts durante el rodaje, definiendo su vínculo con el proyecto. Aunque su actuación fue elogiada por la crítica por su contención y profundidad, ella misma manifestó lo liberador que fue terminar aquella jornada. No por una cuestión de desgaste físico, sino por la carga emocional que implicó encarnar a un personaje que debía exponer su dolor y su vulnerabilidad ante una violencia psicológica apenas disimulada.

La interpretación de Roberts en “Closer” generó aplausos de la crítica por su contención y profundidad (REUTERS/Stephane Mahe)

Closer: llevados por el deseo no fue una película de consenso. Su propuesta dividió opiniones y generó debate. Pero en su incomodidad reside su valor. La película no ofrece redención, ni consuelo. Lo que muestra es un espejo donde muchos espectadores pueden ver reflejadas sus propias contradicciones afectivas: sus miedos a la intimidad y su incapacidad de sostener el amor cuando se vuelve exigente o incómodo.

Para Julia Roberts, el filme supuso un punto de inflexión: la oportunidad de demostrar una vez más su rango actoral, enfrentando un reto que pocos intérpretes asumirían con semejante honestidad. Y también la confirmación de que, a veces, el cine entretiene, confrontando y sacudiendo.

Fuente: https://www.infobae.com/tag/policiales

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