Mientras en el sector hidrocarburífero se debate si el gas de Vaca Muerta llegará al NOA en volúmenes suficientes para evitar restricciones durante el invierno, los yacimientos del norte salteño agonizan y oscuros nubarrones se ciernen sobre los empleos que la actividad de la Refinería de Campo Durán sostuvo por décadas en el norte argentino.
Refinor, la operadora de la Refinería del Norte, cerró un programa de retiros voluntarios con un centenar de bajas en distintas áreas de su actividad en Salta, Jujuy y Tucumán. La reducción de personal, de un 35% , según distintas fuentes, tiene más dudas e interrogantes en el horizonte cercano, porque el complejo de Aguaray, que por más de medio siglo fue el nudo neurálgico de la industria del gas y el petróleo del norte argentino, no tiene materias primas suficientes para mantener sus unidades de procesamiento de gas y destilación de petróleo en condiciones sostenibles.
Tampoco las obras de reversión que se ejecutaron en el Gasoducto Norte (que desde 1965 condujo gas desde el norte hacia Buenos Aires) y poliducto (que transportaba gasoil, otros cumbustibles y gas licuado de petróleo hasta Córdoba) garantizan un giro tranquilizador para las fuentes laborales que siguen ligadas a la actividad de la Refinería.
De hecho, en los últimos días circuló una versión que dejó aún más preocupados a trabajadores del sector. Según el transcendido, la operadora que tiene asociadas a YPF e Hidrocarburos del Norte podría desprenderse del negocio de fraccionamiento. La empresa no hizo ningún anuncio al respecto, pero el rumor puso en alerta a las entidades sindicales nucleadas en la Federación Argentina del sector.
Por el momento, lo concreto es que en el marco del programa de retiros voluntarios se informaron 96 bajas, de las que 72 se habrían producido en Salta. De esas desvinculaciones, 34 se corresponderían con la planta de Campo Durán
La crisis de la Refinería del Norte es el resultado de un progresivo hundimiento de las maduras áreas del norte salteño que, con los precios de su gas congelado desde 2022 y las inversiones petroleras reorientadas hacia la cuenca tarijeña, entraron en una senda de declinación en 2005. En manos de sucesivas gestiones nacionales, la política energética siguió un rumbo de dependencia importadora, en el que los despachos de gas desde Bolivia crecieron a medida en que las producciones de Ramos, Aguaragüe y Acambuco -las tres áreas que resumen la producción gasífera de Salta y la Cuenca Noroeste- se desplomaron. El hundimiento, además de la madurez de los yacimientos salteños, tuvo otro motivo evidente: Enarsa llegó a pagar el gas importado desde Bolivia hasta cinco veces más caro que el de los pozos salteños.
En esas condiciones, la producción gasífera de Salta cayó de 20 millones de metros cúbicos diarios en 2008 a los apenas 3 millones que aportan hoy los yacimientos de Ramos, Aguaragüe y Acambuco. El gas que ingresaba desde Bolivia y se procesaba en Campo Durán maquilló el hundimiento productivo de las áreas salteñas hasta 2015, cuando Bolivia inauguró la Planta Separadora del Gran Chaco, que empezó a extraer en Yacuiba los componentes del gas húmedo que hasta entonces se despachaba hacía la Refinería de Aguaray. Lejos de lo que muchos suponen, la mayor parte del crudo destilado en Campo Durán nunca dependió de los pozos petroleros, sino del condensado de los grandes yacimientos gasíferos. A esto, como broche, se sumó desde 2016 la promoción del “shale gas” de Vaca Muerta, que con mejor precio reorientó las inversiones petroleras hacia la Cuenca Neuquina. Con la producción de Tarija también desplomada, el año pasado Enarsa e YPFB acordaron el cese de los despachos desde Bolivia.
En síntesis, la Refinería de Campo Durán hoy apenas cuenta en distintos yacimientos salteños con 3 millones de metros cúbicos diarios de gas húmedo y 371 metros cúbicos de petróleo para procesar. La producción diaria de Formosa es de 92 metros cúbicos y la de Jujuy, de 27 metros cúbicos, pero no todo ese crudo ingresa a Campo Durán.
Con capacidad para procesar hasta 4.000 metros cúbicos diarios de crudo y 20,35 millones de metros cúbicos diarios gas, la Refinería del Norte tiene desde hace un tiempo sistemas parados u operativos en condiciones insostenibles. Solo funciona una de sus dos plantas de turboexpansión de gas y para que sus sistemas de destilación, hidrotratamiento y reformado de naftas puedan procesar crudo durante seis días, tiene que acumular stocks de materia prima durante un mes.
La planta de personal afectada
En sus operaciones, Refinor empleaba a alrededor de 365 personas de manera directa y 200 de manera indirecta. En la Refinería aún tiene una dotación de personal preparada para operar seis plantas en simultáneo en 24/7. La planta de la empresa se redujo con los retiros voluntarios en cerca de un centenar de puestos. Entre las bajas informadas en Campo Durán, el 70% se correspondería con trabajadores incluidos en el convenio que tiene como entidad gremial de referencia al Sindicato del Gas y el Petróleo de Salta y Jujuy. Frente a las obras de reversión ejecutadas en el gasoducto y el poliducto, los trabajadores que siguen en pie se preguntan ¿hasta que punto ayudarían el gas y los productos destilados que lleguen desde el sur a recomponer los procesos y garantizar los empleos?