El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su administración, están estudiando destituir a Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal (Fed), según declaró este viernes el principal asesor económico de la Casa Blanca.
“El presidente y su equipo seguirán estudiando el asunto”, expresó a la prensa el director del Consejo Económico Nacional, Kevin Hassett, al ser preguntado sobre la posibilidad de remover de su puesto al presidente del Banco Central, un día después de que Trump lo criticara duramente.
El presidente de EEUU no tiene autoridad directa para destituir a los jefes de la Reserva Federal, pero Trump podría iniciar un largo proceso para intentar sacarlo si demuestra que existe una “causa” para hacerlo.
Trump critica frecuentemente al titular de la Reserva Federal, a quien nombró originalmente durante su primer mandato.
Powell advirtió el miércoles que los amplios aranceles de Trump probablemente impulsarían los precios al alza, limitarían el crecimiento económico y podrían poner a la Reserva Federal en la difícil situación de tener que elegir entre combatir la inflación o el desempleo.
El jueves, el republicano insistió en que podría obligar a Powell a dimitir. “No estoy contento con él. Se lo hice saber y sí, quiero que se vaya. Se irá rapidísimo, créanme”, manifestó el mandatario.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su administración, están estudiando destituir a Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal (REUTERS/Carlos Barria/Archivo)
¿Puede Trump despedir a Jerome Powell?
La pregunta es inevitable y su respuesta no es sencilla, dado que depende de una compleja interacción entre la ley, la jurisprudencia y las prácticas políticas en Estados Unidos.
La Reserva Federal, como otras agencias federales, fue diseñada para operar con independencia del poder ejecutivo. Esta autonomía está basada en el principio de que las decisiones económicas y financieras deben tomarse sin interferencia política directa, lo que asegura que el Banco Central actúe con el objetivo de mantener la estabilidad económica a largo plazo, más allá de las presiones políticas inmediatas.
El marco legal para la destitución de los presidentes de agencias independientes, como la Reserva Federal, está determinado por la ley federal, que establece que los miembros de la Junta de Gobernadores solo pueden ser destituidos por “causa justificada”.
Este principio se deriva de la decisión de la Corte Suprema de 1935 en el caso Humphrey’s Executor v. United States, que sentó el precedente de que los presidentes no pueden destituir a los miembros de las juntas de agencias independientes simplemente por desacuerdos políticos.
Trump ha criticado a Powell por no reducir las tasas de interés lo suficiente para estimular la economía, particularmente en un momento en que el presidente considera que sería conveniente una política monetaria más expansiva.
A lo largo de los años, Trump ha llamado a Powell “el enemigo” y acusó a la Reserva Federal de “politiquear”. En este contexto, la solicitud de destituir a Powell parece más una represalia por las políticas económicas que no se alinean con los objetivos del presidente.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell (EFE/SHAWN THEW)
Sin embargo, aunque Trump tiene un historial de desafiar las normas establecidas, la ley y los precedentes judiciales limitan su capacidad de destituir a Powell sin una causa justificada. En este sentido, no basta con un desacuerdo político o con las críticas a la gestión de Powell.
La Reserva Federal está protegida por una serie de garantías legales y constitucionales que aseguran que el Banco Central opere independientemente de la influencia política, precisamente para evitar que decisiones económicas cruciales se vean comprometidas por intereses partidistas o de corto plazo.
Es relevante destacar que Powell fue designado por Trump en 2018, pero su mandato se extendió más allá de la primera presidencia del republicano, ya que fue nuevamente reelegido en 2022 por el demócrata Joe Biden. Esto complica aún más la posibilidad de que Trump pueda destituirlo, ya que cualquier intento de hacerlo podría ser percibido como una interferencia directa en la autonomía del Banco Central y una violación de los principios constitucionales que sustentan la independencia de la Reserva Federal.
Si bien Trump podría tratar de presionar para cambiar la composición de la Reserva Federal a través de nombramientos de nuevos gobernadores, la destitución de Powell por simples desacuerdos políticos podría generar una crisis de credibilidad y podría afectar gravemente la confianza de los inversores.
La independencia de la Reserva Federal es uno de los pilares que le permite a la institución tomar decisiones difíciles, como la lucha contra la inflación o el manejo de una recesión, sin verse presionada por las fluctuaciones políticas del momento.
En el marco de una Corte Suprema de mayoría conservadora, la administración de Trump ha presentado argumentos que intentan ampliar la autoridad presidencial sobre las agencias independientes, pero los precedentes sobre la Reserva Federal, junto con la preocupación de los tribunales por las posibles repercusiones económicas de debilitar su independencia, sugieren que cualquier intento de destituir a Powell por causas no justificadas probablemente no tendría éxito.
En resumen, aunque Trump ha mostrado un claro deseo de destituir a Powell, la ley federal y la jurisprudencia vigente limitan su capacidad para hacerlo sin una causa justificada.