Homenaje en Diputados a Augusto Rufino Navamuel, un hombre comprometido con la educación y el desarrollo de Orán

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La Cámara de Diputados de la Provincia rindió homenaje a Augusto F. Rufino Navamuel, destacada figura del Departamento Orán, por su compromiso con la educación, el desarrollo local y por su colaboración con las iniciativas comunitarias. Su vida estuvo marcada por una profunda vocación de servicio y una férrea convicción en la transformación social a través del conocimiento.

Rufino Navamuel fue uno de los impulsores de la creación de la sede de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) en San Ramón de la Nueva Orán, un sueño colectivo que se convirtió en realidad gracias a su esfuerzo, liderazgo y capacidad de articular voluntades. Ese logro, fruto de años de trabajo silencioso y perseverante, sigue dando frutos: hoy cientos de jóvenes oranenses pueden acceder a la educación superior sin tener que alejarse de sus hogares.

El reconocimiento fue recibido con emoción por su hija, María Delia; nieta, Belén Duprez y bisnieta Isabella, quienes agradecieron a la diputada Carolina Ceaglio y a toda la Cámara por este homenaje póstumo. “Gracias por este reconocimiento post mortem a nuestro padre, por su compromiso con la educación. Su lucha por la creación de una sede universitaria en la ciudad de Orán se sigue multiplicando en valiosos frutos. ¡Gracias por tu siembra, papá, Augusto Rufino Navamuel!”, expresó la Lic. Marìa Delia Rufino, al recibir la copia del proyecto.

Durante el acto, Ceaglio, autora de la iniciativa, destacó la trayectoria de Rufino Navamuel, recordando que su compromiso comenzó desde muy joven, cuando junto a su familia ofrecieron su propia casa para que allí funcionara la primera escuela generalizada del barrio.“Desde entonces —afirmó— quedó sembrada en él una vocación que nunca más abandonó: la de servir a los demás. Aunque se fue a formar como agrimensor y técnico, su corazón nunca se fue de Orán. Volvió con un propósito claro: construir, marcar caminos, no solo sobre el papel, sino en la vida de las personas”.

La legisladora subrayó también su rol solidario en momentos difíciles:“Estuvo presente en cada emergencia, en cada sismo que sufrió nuestro departamento. Era uno de los primeros en salir a evaluar daños y buscar soluciones. No buscaba reconocimientos, buscaba resultados”. Luego, agregó, que fue un hombre no solo delimitaba tierras: abría horizontes. Su trabajo fue clave para materializar un anhelo que marcó un antes y un después en la historia educativa de la región.

“Reconocer hoy a Augusto Rufino Navamuel —expresó Ceaglio— es decirle que su huella vive en cada joven que hoy estudia. El verdadero valor de un hombre no es lo que posee, sino lo que deja sembrado en el corazón de su pueblo”.

El legado de Augusto continúa vigente en la labor de sus hijos, quienes siguen su camino con una fuerte vocación por la educación, las letras y la cultura. En ellos, y en cada estudiante que pisa hoy las aulas de la UNSa en Orán, vive el espíritu incansable de un hombre que creyó que una sociedad más justa y con más oportunidades solo es posible con educación, compromiso y solidaridad.

Un poco de historia

Lo que hoy representa una oportunidad concreta para cientos de jóvenes del norte salteño, nació en una casa familiar, con una mesa de desayuno y una noticia en el diario. En ese instante cotidiano, se sembró la semilla de uno de los logros educativos más importantes del departamento Orán: la creación de una sede de la Universidad Nacional de Salta (UNSa). Quien lo cuenta es el escritor Augusto Rufino, hijo de Augusto F. Rufino Navamuel, figura clave de este sueño que, medio siglo después, sigue dando frutos.

Un desayuno, una idea

“Estábamos desayunando con mi padre, yo cursaba tercer año del secundario. Me mostró El Tribuno y me dijo: “Se creó la Universidad Nacional de Salta, y vamos a tratar de tener una sede en Orán”, recordó el escritor en 2023, durante la presentación de un libro que narra todo el proceso.

Su padre, agrimensor y director de la Escuela Nocturna de Comercio, había detectado una necesidad urgente: había muchos estudiantes con talento que no podían continuar sus estudios, ni en Salta ni en otras provincias, por razones económicas.

Inspirado en experiencias como las sedes regionales de la UBA o del Comahue, Rufino Navamuel decidió ponerse manos a la obra. La universidad ya existía, solo hacía falta voluntad política, gestión comunitaria y organización.

El primer paso

En 1972, junto a su hijo, Rufino Navamuel viajó a Salta para entrevistarse con Néstor Oscar Palacios, oranense y secretario de Cultura del gobierno de Ricardo Spangenberg. Palacios los alienta: fue necesario, entonces, movilizar a las fuerzas vivas de Orán. Así nació la Comisión Pro Sede Universitaria, formada por estudiantes, docentes, vecinos y autoridades locales. La primera reunión formal tuvo lugar el 19 de julio de 1972, a las 20, en la casa de los Navamuel, ubicada en Pellegrini 355.

“Fue en la misma casa donde décadas antes había funcionado la primera Escuela Municipal de Orán, que luego se convirtió en la Escuela General Pizarro. Todo cerraba de manera simbólica”, rememora el escritor.

El rol del periodismo

La presencia del periodista César Fermín Perdiguero de El Tribuno fue clave. Cubrió la reunión fundacional y comenzó a difundir el proyecto, que pronto encontró eco en medios regionales y nacionales. “Designamos a Perdiguero como delegado de la comisión en Salta, junto con el maestro e historiador Roberto Terrones Riera”, cuenta Rufino. El movimiento tomaba forma.

La comisión se multiplicó.Se sumaron docentes, profesionales, instituciones religiosas y civiles. Se enviaron notas al Obispado, a la CGT, a clubes, sindicatos, asociaciones barriales y hasta al Centro de Taxistas. También recorrieron localidades cercanas como Hipólito Yrigoyen, Santa Rosa, Pichanal y Embarcación. El clamor por una sede universitaria dejó de ser un deseo aislado y se convirtió en un reclamo regional.

El coordinador de la flamante Universidad Nacional de Salta, Germán Ovejero Solá, viajó a Orán para reunirse con Rufino Navamuel y así avanzar con los estudios de factibilidad. Se realizó una gran asamblea en el Colegio del Huerto, convocando a la comunidad para sumar argumentos y fortalecer el pedido.

En esa época, Orán contaba con al menos seis escuelas secundarias.Era un polo educativo en crecimiento. A pedido del Ministerio de Educación, llegó el licenciado Maletta para evaluar la factibilidad del proyecto. “Reunimos datos demográficos, la oferta educativa, y también la riqueza productiva de la zona: el sector agrícola, el ingenio Tabacal, y mucho más. Colaboraron figuras como Severo Cáceres Cano y el profesor Hugo Alberto Luna, hoy homenajeado con el nombre de una escuela”, señala el escritor.

El informe fue favorable. El ministro nacional de Educación, Gustavo Malek, viajó a Orán y confirmó que la sede sería una realidad. El Tribuno, El Pregón de Jujuy, La Gaceta de Tucumán y medios de Buenos Aires reflejaron el logro de un grupo de estudiantes y vecinos que había transformado un sueño en un movimiento.

Un legado vivo

“Mi padre siempre decía que el conocimiento era la herramienta más poderosa que uno podía dejarle a los demás”, dice Augusto Rufino (h). Su legado no solo fue haber promovido la universidad, sino haber vivido al servicio de su comunidad. “Como agrimensor, ayudaba a familias a hacer sus subdivisiones sin cobrarles. Les enseñaba cómo hacerlo, porque no podían pagar un profesional. “Es gente humilde, hijo, no les puedo cobrar’, me decía”, recuerda con emoción.

Hoy la sede de la UNSa en Orán ofrece diez carreras universitarias, entre ellas Antropología Social, Enfermería, Agronomía Forestal y Letras. Estudiantes de localidades cercanas encuentran en esta institución una posibilidad concreta de estudiar cerca de sus hogares.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales

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