Esta medida forma parte de una campaña más amplia para reducir el gasto público y eliminar ineficiencias, impulsada desde enero por la administración Trump, al regresar a la Casa Blanca. En total, hay aproximadamente 4,6 millones de tarjetas activas dentro del sistema federal, con un gasto anual de USD 40.000 millones.
En una publicación en X (ex Twitter), DOGE informó: “¡Actualización de tarjetas de crédito! El programa para auditar tarjetas no utilizadas o innecesarias se amplió a 30 agencias. Tras 7 semanas, se han desactivado aproximadamente 470.000 tarjetas. Aún queda trabajo por hacer”.
El propio Elon Musk se refirió al tema con tono crítico: “¡Hay el doble de tarjetas de crédito emitidas que empleados federales activos! Una locura”.
Sin embargo, los recortes ya comenzaron a generar consecuencias imprevistas. En marzo, por ejemplo, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) reportó dificultades temporales para realizar compras esenciales destinadas al mantenimiento de unidades caninas de detección de explosivos, aunque aclararon que “las operaciones no se vieron afectadas”.
La creación de DOGE también incluyó el despido de más de 200.000 trabajadores federales, de los cuales 75.000 aceptaron ofertas de retiro voluntario. La iniciativa busca no solo achicar el Estado, sino también reorganizar la estructura de gasto del gobierno federal estadounidense.
Según expertos en finanzas como Michael Ryan, estas tarjetas no son equivalentes a las de un consumidor promedio:
“Son verdaderas líneas de vida para agencias que deben responder con urgencia. Desde vuelos de último minuto hasta piezas para vehículos militares o insumos de laboratorios de investigación”.
NA
Fuente: https://salta.telefe.com/redes