El ministro de Economía Luis Caputo y el presidente del Banco Central Santiago Bausili viajarán la semana próxima a los Estados Unidos para formar parte de la asamblea de primavera del Fondo Monetario, días después de la aprobación del nuevo acuerdo, la puesta en marcha del esquema cambiario acordado con el organismo y el fuerte desembolso inicial de USD 12.000 millones que recibió el BCRA este martes.
El Gobierno y el FMI, así, podrán analizar en reuniones presenciales la primera respuesta del mercado a la tercera fase del plan económico, que incluye un dólar flotante entre bandas cambiarias y una liberación de la mayoría de las restricciones cambiarias para las empresas y un levantamiento completo del cepo para los ahorristas.
El programa con el Fondo Monetario establece cuáles son las reglas bajo las cuales se desarrollará el esquema de flotación con piso y techo. Ante episodios de apreciación, si el dólar llegara al piso de $1.000, el BCRA comprará mandatoriamente divisas para hacerlo regresar a la zona de fluctuación. Por el contrario, si tocara el techo de $1.400, deberá vender dólares para hacerlo retroceder.
En el interior de la banda de flotación, la autoridad monetaria, de todas formas, se reserva un margen de acción discrecional para poder operar con compras y ventas de divisas, para acumular reservas y cumplir las metas con el FMI o para evitar subas en contextos de extrema volatilidad cambiaria, respectivamente.
En pocas semanas tendrá lugar la primera instancia de revisión trimestral entre los funcionarios argentinos y el FMI. El staff examinará el cumplimiento de una serie de objetivos establecidos para fines de mayo -en términos de reservas y superávit primario, entre otros- y en caso de aprobar ese examen, enviará otros USD 2.000 millones más al BCRA.
La asamblea de primavera en el hemisferio norte que celebrarán la semana que viene el FMI y el Banco Mundial estará marcada por la actualización de las proyecciones económicas globales en un contexto de impacto en los mercados y el comercio mundial por la escalada arancelaria que inició el gobierno de Donald Trump.
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