En su visita a Salta, el diputado nacional de La Libertad Avanza, Alberto “Bertie” Benegas Lynch, habló con El Tribuno sobre temas clave como la estructura sindical argentina, la auditoría a las pensiones por discapacidad y su postura contra el concepto penal de femicidio. También defendió las políticas de Javier Milei, a quien calificó de “histórico” por su gestión económica, aunque reconoció que los efectos de las reformas aún no se sienten por completo. El diputado resaltó la importancia de reformas profundas, incluyendo la del sistema previsional.
¿Qué balance hace del paro general convocado por la CGT?
Es parte de una resistencia muy clara a la pérdida de privilegios. Estamos hablando de estructuras que hace décadas viven del trabajo ajeno, de una red fenomenal de “kioscos” que se financiaron a costa de los argentinos que se levantan todos los días a laburar.
Las marchas muchas veces se hacen en nombre de causas nobles, como la defensa de los jubilados, pero después ves que hay más barras bravas que jubilados.
El concepto del sindicato como representación laboral es válido, pero no con el monopolio que hoy tienen gracias a la personería gremial. Eso lo impuso Perón copiando a Mussolini, y así se generó un sistema donde hay un solo sindicato autorizado por gremio. Eso tiene que cambiar: que compitan. Si quieren tener obras sociales, que compitan también con prepagas privadas.
¿Están pensando en una reforma legislativa para modificar este esquema sindical?
Desde nuestro bloque no estamos empujando proyectos por empujar. La lógica es seguir el ritmo del Ejecutivo. Javier Milei llegó con un plan claro, y nosotros acompañamos ese proceso. Él trabaja como nadie: preparó todo un equipo antes de ser presidente, presentó el DNU a los pocos días y la Ley Bases enseguida.
La política tradicional hace lo contrario: en campaña promete cloacas, después reparte cargos entre los amigos y cuando llega al poder se da cuenta de que no sabe qué hacer. Milei llegó sabiendo qué hacer. En el Congreso, nuestra tarea es acompañar, no presentar proyectos para que duerman en comisiones como pasa siempre.
¿Cómo evalúa la inflación que ahora se ubica en 3,7% mensual?
Es un logro muy fuerte. La inflación no es multicausal, eso es un verso que nos repitieron décadas. Es emisión monetaria exógena. El Estado imprime billetes sin respaldo para financiar el déficit y eso es lo que nos llevó a donde estamos. Ahora se dejó de emitir y se está viendo el resultado.
Incluso para los jubilados, esto es una forma de dejar de robarles en silencio. Porque decir “te doy un aumento” pero después te saco el 200% por inflación, es una estafa. Más adelante se va a cerrar el Banco Central, que es la vaca sagrada de los estafadores. Es la herramienta con la que nos empobrecieron.
En el interior salteño reclaman por turnos médicos. ¿Qué dice sobre la auditoría?
No me llegó ese reclamo puntual desde el Congreso, pero entiendo que si existen esos cuellos de botella, el Ejecutivo va a actuar. Me consta que se está trabajando con responsabilidad. Así como se descubrió el fraude con los comedores truchos, que decían alimentar a miles en galpones vacíos, lo mismo puede estar ocurriendo con las pensiones por discapacidad.
Esto no es contra quienes necesitan ayuda, sino contra quienes usan la necesidad ajena para hacer política. Lo que siempre dice Milei es que hay que aplicar la ética de la emergencia: hoy hay gente que necesita planes, sí. Pero no para siempre. La meta es que eso se transforme en trabajo, ahorro, inversión y futuro.
¿Y qué opina del desempeño general del Gobierno nacional hasta ahora?
Es histórico. En muy poco tiempo se logró estabilizar algo que venía para estallar. Estamos desandando 100 años de estatismo, y eso no se hace con un botón. Venimos de una decadencia brutal, acelerada en los últimos 20 años. Javier está dando la batalla cultural más importante de nuestra historia.
Muchos se quejan porque “todavía no se siente”. Claro, es un proceso. No se trata de una foto, sino de una película. Si no hacíamos este ajuste, hoy estaríamos con helicópteros de la ONU tirándonos medicamentos. La pobreza se multiplicaba sola, nadie se animaba a frenar el gasto, y lo único que hacían era robarse el futuro.
El precio de la carne todavía es inaccesible para muchas familias, ¿lo analizaron?
Claro, eso es parte del reacomodamiento de precios relativos. Cuando se emite tanto durante años, todos los precios se distorsionan. Lleva tiempo volver a tener referencias claras. Pero te aseguro que si seguíamos como íbamos, la carne directamente no la comía nadie.
Lo más grave es que muchos políticos sabían lo que hacían: emitían para ganar elecciones y dejaban la bomba a punto de explotar. Ahora estamos haciendo el ajuste que ellos nunca se animaron a hacer.
¿Qué opina sobre el concepto penal del femicidio?
Estoy en contra de que exista como agravante. No puede haber más pena por matar a una mujer que por matar a un hombre. Todos somos iguales ante la ley. El femicidio parte de un supuesto que muchas veces no se cumple: que el crimen fue motivado por el hecho de que la víctima era mujer.
Y eso se conecta con toda una agenda feminista que, en lugar de empoderar, termina victimizando. Las mujeres tienen el talento suficiente para destacarse por sí solas, no necesitan cuotas ni leyes de cupo. Es ofensivo incluso. Lo que hay que garantizar es igualdad de oportunidades, pero no imponer paridad artificial.
Entonces, ¿está en contra de los cupos de género?
Por supuesto. El talento no tiene género. Una mujer talentosa no necesita un cupo, necesita que no la frenen. Pero imponer por ley que en todos los directorios haya 50% de mujeres me parece un atropello a la propiedad privada y un insulto a las propias mujeres.
Una empresa tiene que contratar a quien quiera, no porque un legislador lo impone. Si una empresa termina teniendo 80% de mujeres, perfecto. Pero que sea por mérito, no por mandato.
¿Las jubilaciones deberían aumentar en este contexto?
Sí. Las jubilaciones han sido una estafa desde hace décadas. El sistema de reparto está quebrado. Encima, los que pudieron hacer una jubilación privada fueron obligados a volver al sistema estatal. Fue otra expropiación, otro robo.
Y lo curioso es que muchos que hoy critican a Milei por vetar aumentos a los jubilados, como Cristina, hicieron lo mismo dos veces. Todos conocen la restricción presupuestaria, pero solo Milei tiene el coraje de decirlo de frente. Hay que reformar el sistema previsional, no seguir prometiendo cosas que no se pueden pagar.