“¿Cábalas? Tengo miles”, dijo el Dibu entre risas y detalló: “Tengo ritual el día antes, dos días antes, el día del partido. Hago pilates, 48 horas antes uso las mismas zapatillas, si es un partido de Premier uso unas y tengo otras para la Champions. También repito una frase antes de cada partido, es un pedido para que estemos cuidados los 22 y que nadie tenga problemas porque al final nadie quiere que le pase nada malo a un compañero. Hago siempre la misma entrada en calor, la misma visualización, me ayuda a estar concentrado”.
Claro que, cuando las cosas no salen como él esperaba debe lidiar con el incómodo insomnio: “El día post Arabia Saudita no podía dormir, cerraba los ojos y veía los dos goles, así que a las 5 de la mañana yo ya estaba levantado. En casa me pasa igual, después de un partido en el que me fue mal, no me puedo dormir. Me acuesto a las 7 de la mañana y a las 9 me voy a entrenar, es imposible. A veces, cuando juego de noche, son las 6 de la mañana y no me puedo dormir. Cuando pierdo se me vienen los errores a la cabeza. El día ese no puedo dormir, recién a la noche siguiente puedo”.
Sin embargo hay una excepción, hay una jugada que salió a la perfección, lo consagró como uno de los grandes arqueros de la historia pero que a él lo tuvo muchas noches con los ojos bien abiertos: “La jugada de Kolo Muani no la quiero ver más, tuve insomnio hasta tras meses, diciendo “uh ¿y si entraba? Se me venía la jugada a la cabeza. Todos te dicen “Qué bueno que sos, pero ¿y si entraba?”. Por suerte eso solo es una pesadilla.
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