Estrategias para recuperar la diversidad perdida

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En Toro Yaco, Catamarca, recuperan cultivos andinos para fortalecer la agrobiodiversidad y la identidad cultural (Inta)

En la Puna catamarqueña, una región caracterizada por su clima árido y su gran altitud, avanza una iniciativa que une conocimiento científico y prácticas tradicionales. Productores locales de Toro Yaco, junto con un equipo del INTA y el IPAF NOA, trabajan codo a codo para recuperar cultivos andinos y andinizados. Este esfuerzo tiene como objetivo revitalizar la agrobiodiversidad y fomentar las prácticas culturales asociadas a la región.

La primera etapa del proyecto estuvo centrada en comprender las necesidades y sueños de las familias agricultoras. “Realizamos un relevamiento en cada unidad productiva, explorando los cultivos existentes y aquellos que los productores deseaban recuperar”, explicó Karina Pastrana, técnica del INTA Catamarca.

Este diagnóstico reveló una limitada diversidad de cultivos, estructuras agrícolas prehispánicas subutilizadas y un potencial desaprovechado en el guano de cabras y ovejas como abono.

Una de las innovaciones clave fue la introducción del abono bocashi, un fertilizante orgánico que mejoró los rendimientos de los cultivos

La tierra vuelve a florecer

Una de las innovaciones clave fue la introducción del abono bocashi, un fertilizante orgánico que mejoró los rendimientos de los cultivos. Este abono, producto de la fermentación controlada de materia orgánica, no solo mejoró el tamaño y la sanidad de los cultivos, sino que también optimizó el uso del agua, un recurso escaso en la región.

La comunidad también puso en común saberes y semillas. Con la colaboración del INTA, se incorporaron variedades de papas, porotos, quinuas, amarantos y maíces provenientes de otras zonas del NOA. Celeste Golsberg, investigadora del IPAF NOA, destacó que “cada agricultor decidió qué variedades probar; la mayoría optó por llevar un poco de cada una para explorar su potencial en los campos locales”.

Un futuro compartido

El proceso no se detuvo en la introducción de nuevos materiales. Durante un tercer encuentro, los productores exhibieron los frutos de sus esfuerzos: una multiplicación de variedades que amplió la diversidad disponible en la comunidad. Este intercambio de semillas y conocimientos aseguró que los beneficios no quedaran confinados a Toro Yaco, sino que también se extendieran a las comunidades vecinas.

El agua, ese recurso vital, también ocupó un lugar central en las discusiones. Mediante un mapeo colectivo de fuentes hídricas e instalaciones existentes, se dio un paso importante hacia la formulación de un plan de acción para mejorar el acceso y la gestión del agua.

La raíz de una transformación

Esta iniciativa no solo recupera cultivos; también impulsa una forma de vida vinculada a las prácticas agrícolas tradicionales y el entorno local. En cada semilla sembrada hay una esperanza de sostenibilidad y resiliencia frente a los desafíos climáticos.

Fuente: Inta

Fuente: https://www.infobae.com/tag/policiales