“La reina de los quesos”: una vida de sacrificio, superación y pasión

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Beatriz Coronado, la conocida “reina de los quesos”, fue puestera del mercado San Miguel durante años, pero tras el incendio que arrasó gran parte del lugar quedo desbastada. Sin embargo, no se rindió y busco alquilar un pequeño local en el “patio de la empanada”, en calle Esteco 299. Aprendió la preparación del queso viendo a su madre en Amblayo y fue un oficio que nunca pensó que sería el sostén a lo largo de toda su vida.

Beatriz Coronado, la conocida “reina de los quesos”, fue puestera del mercado San Miguel durante años, pero tras el incendio que arrasó gran parte del lugar quedo desbastada. Sin embargo, no se rindió y busco alquilar un pequeño local en el “patio de la empanada”, en calle Esteco 299. Aprendió la preparación del queso viendo a su madre en Amblayo y fue un oficio que nunca pensó que sería el sostén a lo largo de toda su vida.

Hoy a sus 65 años la quesera abrió su corazón a El Tribuno y contó que su historia no comenzó con la comodidad o la abundancia. Desde su infancia, Beatriz fue testigo de lo que significa luchar por sobrevivir. Criada junto a su madre, Catalina, una mujer de gran fortaleza que trabajaba como verdulera, Beatriz jamás conoció una navidad como la mayoría de los niños. En lugar de eso, su niñez estuvo marcada por la necesidad, el sacrificio y el esfuerzo constante.

A los 17 años, Beatriz comenzó a vender quesos, siguiendo los pasos de su madre, que provenía de Santiago del Estero, donde los quesos llegaban llenos de tierra. A pesar de las adversidades, su madre encontró la manera de limpiarlos para poder ofrecerlos a sus clientes. Beatriz recuerda aquellos días con un dejo de nostalgia, pero también de cansancio, porque el trabajo no era fácil. “Mi mamá me hacía lavar 30 o 40 cajones de queso. Yo me pasaba casi toda la noche trabajando, y no quería seguir”, contó con emoción.

A pesar de las dificultades, Beatriz no pudo escapar del destino que la vida le tenía preparado. Se casó, crió a sus hijos, y el queso se convirtió en su medio de vida. Hoy, mirando atrás, reconoce que esa lucha por sacar adelante a su familia fue lo que siempre la definió. Incluso cuando quedó viuda, la fortaleza que había aprendido de su madre la impulsó a seguir adelante, a seguir vendiendo queso, a seguir trabajando con las manos que, a lo largo de los años, se hicieron cada vez más expertas en su preparación.

Su llegada a Salta y su conocimiento en quesos

Con sus años de experiencia la “quesera” llegó a Salta gracias a un compadre que la traía continuamente para ofrecer sus productos. Con el tiempo, su habilidad y su conocimiento sobre los quesos la convirtieron en una experta. Con tan solo ver un queso, sabe si tiene sal o no, y cuando lo corta, lo hace con una precisión que solo los años de trabajo pueden dar.

“Me gusta, porque ya la mano está hecha. Todo este tiempo me enseño a hacerlo bien, a ser constante”, resaltó con una sonrisa. Y es que, en su historia, la constante fue la lucha, la superación y, sobre todo, el amor por lo que hace. Su vida, marcada por la adversidad, fue también una historia de amor a la familia y de esperanza.

Hoy, Beatriz sigue trabajando con el mismo empeño de siempre, con la misma pasión por lo que hace, demostrando que la vida puede ser dura, pero nunca insuperable.

El recuerdo de su paso por el Mercado San Miguel

La “Reina de los Quesos”, recuerda que dedicó años de su vida al mercado San Miguel, donde vendía sus productos con mucho esfuerzo y cariño. Sin embargo en el incendio perdió no solo su mercadería, sino también sus equipos más importantes, como la nevera grande que usaba para conservar los quesos, y con ello, todo lo que había preparado para las fiestas.

Con su carácter luchador encontró su espacio en el “Patio de la Empanada”, en Esteco 299. Allí, a pesar de las dificultades, sigue vendiendo sus quesos con la misma pasión que la caracteriza, siempre con una sonrisa y dispuesta a atender a todos con amabilidad.

Su historia no es solo la de una mujer que vendió quesos en el mercado, sino la de una vida marcada por el sacrificio y la resiliencia. Después de años de lucha, Beatriz mantiene viva la esperanza de recuperar su lugar original y lucha por los derechos de los puesteros que, como ella, dedicaron toda su vida al mercado.

Los quesos más exquisitos

En su puesto, Beatriz ofrece los quesos más ricos, que siguen siendo el sostén de su vida y la de su familia. Si estás buscando probar sus deliciosos productos, podés visitarla en el “Patio de la Empanada”, de lunes a sábados, de 10:30 a 14:00 y de 18:30 a 22:00. Y si no la encontrás allí, su hijo también vende sus quesos en el puesto cerca de los jugos y ensaladas de fruta, en calle Urquiza.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales