Sostenibilidad y bienestar: las bases del urbanismo futuro

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El crecimiento urbano no es solo un fenómeno demográfico, sino también una oportunidad para repensar las ciudades como espacios que integren sostenibilidad, innovación y calidad de vida. Salta, como muchas otras provincias argentinas, enfrenta el desafío de acompañar su expansión urbana con modelos que respondan tanto a las necesidades actuales como a las demandas del futuro. En este contexto, el ciclo “Hablemos de lo que viene”, organizado por El Tribuno, ha abierto un espacio clave para debatir los aspectos esenciales del urbanismo, aportando ideas que trascienden lo local para integrarse a los desafíos globales.

El evento, en su reciente edición, abordó temas como el impacto del diseño en la calidad de vida, las tendencias internacionales en planificación urbana y la necesidad de una visión conjunta entre actores privados y públicos. El Tribuno organiza estos ciclos con el objetivo de contribuir significativamente a la comunidad, brindando herramientas e inspiración tanto a los responsables de proyectos como a las autoridades en general. La intención es promover una visión más amplia basada en experiencias de otras regiones, con el propósito de construir una provincia más próspera y orientada hacia el bienestar de sus ciudadanos.

Uno de los conceptos más atractivos presentados en el ciclo fue el de las “Zonas Azules”, expuesto por Rodrigo Grassi, del estudio Aisenson. Estas áreas, reconocidas por su alta longevidad y calidad de vida, demuestran que el diseño urbano y los hábitos saludables pueden influir decisivamente en la vida de las personas. Aunque los ejemplos internacionales como Cerdeña o Japón parecen lejanos, los principios detrás de este concepto son aplicables a cualquier contexto: planificación que priorice espacios verdes, movilidad sostenible y una infraestructura que fomente el bienestar físico y emocional de los habitantes.

Otro aspecto innovador surgió en la charla de Paula Mascías, quien exploró la idea de construir ciudades desde las emociones. Más allá de la funcionalidad, los entornos urbanos deben ser lugares significativos, donde los habitantes se identifiquen con sus espacios y encuentren conexión con su comunidad. Este enfoque, que puede parecer abstracto, es esencial para transformar los proyectos urbanos en experiencias humanas enriquecedoras.

En Salta, los desarrollos urbanos han mostrado un crecimiento sostenido, gracias principalmente al compromiso y la visión de los actores privados. Javier Rovira, representante del Banco Hipotecario, destacó durante su exposición que “la estabilidad macroeconómica es la base para revitalizar el sistema de financiación de proyectos urbanos”. Resaltó que, aunque los productos financieros existen, “sin un marco económico estable, la demanda no se activa, y eso afecta tanto a los desarrolladores como a los usuarios finales”.

Por su parte, Gervasio Ruiz de Gopegui, de IRSA, planteó cómo la articulación público-privada es esencial para proyectos de gran envergadura. “Cuando el Estado requiere que el privado acompañe, tiene que haber una lógica económica; deben convivir la normativa y la economía para generar bienestar y desarrollo”, afirmó. Si bien estos proyectos no se desarrollan en Salta, ofrecen un ejemplo claro de cómo la colaboración puede transformar espacios degradados en entornos dinámicos y habitables.

Aunque algunos de los proyectos presentados en el ciclo, como los de IRSA y Aisenson, no se desarrollan en Salta, su impacto como modelos es innegable. Propuestas como la revitalización de microcentros urbanos o los barrios diseñados para integrar usos mixtos son ejemplos que podrían inspirar futuros desarrollos locales. Además, estas iniciativas subrayan la importancia de abordar el urbanismo desde una perspectiva integral, donde la movilidad, la sostenibilidad y la comunidad sean pilares fundamentales.

Por otro lado, el enfoque en la movilidad urbana sostenible y la recuperación de espacios degradados son prioridades que también deberían estar en la agenda local. En este sentido, Salta tiene un terreno fértil para aplicar estas lecciones internacionales y adaptarlas a su propia realidad, avanzando hacia un urbanismo que equilibre el progreso con la conservación del entorno.

El éxito de este proceso también dependerá de la capacidad de Salta para integrar a sus comunidades en la planificación urbana. Escuchar las necesidades de los vecinos, fomentar la participación ciudadana y priorizar proyectos que mejoren la calidad de vida en los barrios más vulnerables son aspectos cruciales para garantizar que el crecimiento sea inclusivo. Desde la creación de espacios verdes accesibles hasta la implementación de infraestructura para la movilidad sostenible, los pequeños pasos hacia un urbanismo consciente tienen un impacto duradero en la construcción de ciudades más justas y habitables.

El verdadero desafío está en construir una visión compartida, donde los proyectos innovadores se complementen con políticas públicas coherentes y el compromiso ciudadano. Este equilibrio es la clave para garantizar un crecimiento que no solo responda a las demandas actuales, sino que también asegure un legado para las próximas generaciones. El camino hacia las ciudades del futuro empieza hoy, y Salta tiene todas las herramientas para marcar la diferencia. La planificación urbana debe ir más allá de lo técnico para incorporar la sensibilidad y las aspiraciones de quienes habitan las ciudades.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales

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