Sin embargo, un día de 2014, por una necesidad y “por culpa” de un sueño, dio un giro de ciento ochenta grados y creó el Círculo de Mujeres Online, un espacio para féminas que proporciona herramientas e instrucción necesaria para sanar heridas, despertar talentos desconocidos y vivir libres de mandatos familiares.
“Después de un desfile de modas, que organizamos con mi mamá, tuve un sueño. En ese sueño veía a mujeres meditando en círculo. Cuando me desperté y, mientras desayunaba, dije: ‘tengo que crear un círculo’. Obviamente, el sueño fue el disparador definitivo. Pero era una necesidad que ya se venía gestando en mi mente”, afirma Vicky una década después.
Según la mentora, que posee una red de más de 3.000 mujeres desparramadas por el planeta, “el círculo está dirigido a jóvenes y adultas de 21 a 80 años, que practican distintas religiones e intereses sociales”.
Una de sus más activas integrantes es Mara Wolff, esposa de Enrique “Quique” Wolff, el afamado ex futbolista y periodista deportivo argentino. “Mara viene acompañándome desde hace años”, remarca Vicky con orgullo.
Para llegar a su presente profesional, la emprendedora tuvo que transitar por empleos formales e informales para ir financiando sus gastos.
Ya en la etapa adolescente, mientras cursaba la secundaria dedicaba una porción del día para comercializar indumentaria femenina, entre amigas, conocidas y allegadas.
Al egresar y obtener el diploma correspondiente, Rueda se inscribió en cursos de ciencias alternativas, como astrología y grafología. Casi al mismo tiempo, comenzó a cursar la licenciatura en Recursos Humanos y a trabajar en una concesionaria de autos.
Sin embargo, meses después, Vicky, que había conocido a quien fue el padre de su hija, decidió renunciar al puesto laboral. “Lo hice para tomarme un año sabático e iniciar un camino de sanación”.
Cuando los ahorros empezaron a mermar, Vicky no dudó en ir a trabajar al local de venta de ropa de su madre. Simultáneamente, “empecé a diseñar indumentaria femenina prêt-à-porter sin recibir ninguna educación formal. A decir verdad, me iba muy bien. Vendía mucho y realizaba desfiles con 30 o 40 mujeres en el local de mi madre. Sin embargo, después perdí el interés y dejé todo”, cuenta la autodidacta que estuvo una década dedicada a esa actividad.
En 2014, al cumplir 35 años, Vicky dio a luz a su única hija, Isabella. “Fue un año muy fecundo para mí. Marcó un antes y un después en mi vida. Porque además de transformarme en madre, pude ejecutar mi sueño: poner en marcha mi primer círculo de mujeres”, afirma.
Actualmente, además de coordinar el círculo, dicta un curso en donde enseña y forma a terapeutas en “regresión a vidas pasadas”, una técnica que trabaja con el inconsciente, uniendo mente, cuerpo, emociones y espíritu. “Tomamos al ser humano como un todo integrado”, subraya mencionando que la mayoría de sus pacientes y alumnos acuden a menudo, porque la psicología tradicional pudo cooperar hasta cierto punto y ya no avanzaban.
De hecho, esta técnica la ha ayudado a ella misma, en muchas oportunidades, para sanar vínculos dañinos, “como un bronco espasmo que he sufrido desde que nací”, concluye Vicky.
Fuente: https://salta.telefe.com/redes