A cincuenta años de la muerte del doctor Augusto Raúl Cortaza

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Mañana hará cincuenta años que falleció en Buenos Aires un prestigioso comprovinciano, el doctor Augusto Raúl Cortazar, reconocido catedrático y folclorólogo de nuestro país. Su muerte cerró una vida dedicada íntegramente al campo de las investigaciones literarias y folclóricas, y a las que con su talento fortaleció con trabajos publicados en libros, diarios y revistas nacionales y del exterior. Nació en nuestra ciudad el 17 de junio de 1910, en el 89° aniversario de la muerte del General Güemes. Era hijo de don Octavio Augusto Cortazar Arias y de doña Irene Lozano Valdez. De niño, fue llevado por sus padres a vivir a Buenos Aires pero nunca esa lejanía logró debilitar el amor por su tierra natal. Es que aquí habían quedado los parientes de su madre, relacionada con los Gorostiaga e Isasmendi Gorostiaga, y también los de su padre vinculado con los Arias. Era primo de Julio Cortazar, quien por conflictos familiares no revelados, en un momento de su vida agregó un acento al apellido original pasando a ser Cortazár. Así es que Augusto Raúl Cortazar, hombre que dedicó toda su vida a la docencia y a la investigación, se desempeñó en distintas cátedras obtenidas por concurso en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Allí fue profesor titular de Literatura Argentina, Folclore General y Ciencias Antropológicas, con orientación en folclore. Y en la Universidad Católica Argentina también ejerció la docencia, mientras dictaba cursos especiales en diversas universidades del país y el extranjero. Como hombre formado en las disciplinas universitarias, fue alumno y colaborador del poeta y dramaturgo Ricardo Rojas (1882-1957), desplegando una tarea constante antes y después de graduarse como abogado, profesión que relegó para entregarse a su vocación. Pero además de catedrático, Cortazar creó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA un seminario de folclore y más tarde la licenciatura en la especialidad. Y en la misma casa fue director del Departamento de Ciencias Antropológicas. También se desempeñó como director de la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras, Jefe del Departamento de Folklore del Museo Etnográfico y director de la Biblioteca Central de la UBA. Asimismo, con carácter honorario, se desempeñó como director del Seminario de Folklore y de la Carrera de Bibliotecología. En nuestro país fue director del Fondo Nacional de las Artes y miembro de número de la Academia Nacional de la Historia y del Instituto San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta. En el exterior fue miembro del Advirsorv Board de la Universidad de Californa (USA); Miembro Correspondiente de la Real Academia de la Historia de Madrid (España); Miembro de la Sociedad Folklórica de México; Miembro del Instituto Histórico y Geográfico Brasileiro (Brasil); Miembro de la International Society for Narrative Research (Gotingam –USA); Miembro Consultor del Instituto de Folklore de Huancayo (Perú); Miembro Correspondiente de la Sociedad Folklórica del Uruguay y del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay. En la UNSa Aquí en Salta, participó en enero de 1972 de una reunión de la Comisión Nacional de Factibilidad de la UNSa, donde dio su apoyo a la creación del Instituto de Arte y Folclore, propuesta presentada por el representante estudiantil Eduardo Ashur del Departamento de Humanidades (UNT) . Luego de creada la Universidad Nacional de Salta (11/5/72), Cortazar regresaba a nuestra provincia con frecuencia para brindar charlas, seminarios y jornadas. En los últimos meses de su vida había desarrollado cursos programados por la UNSa. En junio de 1974 renunció a todos sus cargos en la Universidad de Buenos Aires “por incompatibilidad política” cuando era ministro de Educación de la Nación el doctor Jorge Taina (padre). Pocos meses después, una breve pero grave enfermedad terminó con la vida de este eminente salteño y notable investigador argentino. Falleció en Buenos Aires el 16 de septiembre de 1974 y sus restos fueron sepultados en el cementerio de la Chacarita. La noticia del fallecimiento del doctor Augusto Raúl Cortazar, se conoció en Salta al día siguiente de ocurrida y ante ello, el rector de la Universidad Nacional de Salta, doctor Holver Martínez Borelli, resolvió que en señal de duelo el 18 de septiembre de 1974 se izara la bandera a media asta en el mástil de la Universidad y se suspendieran por 24 horas todas las actividades de esa casa de altos estudios. El Tribuno, en cuyas páginas el doctor Cortazar había sido un asiduo colaborador con sus trabajos, también adhirió al duelo “que enluta hoy –dijo- a familiares, amigos y discípulos”.

Mañana hará cincuenta años que falleció en Buenos Aires un prestigioso comprovinciano, el doctor Augusto Raúl Cortazar, reconocido catedrático y folclorólogo de nuestro país. Su muerte cerró una vida dedicada íntegramente al campo de las investigaciones literarias y folclóricas, y a las que con su talento fortaleció con trabajos publicados en libros, diarios y revistas nacionales y del exterior.

Nació en nuestra ciudad el 17 de junio de 1910, en el 89° aniversario de la muerte del General Güemes. Era hijo de don Octavio Augusto Cortazar Arias y de doña Irene Lozano Valdez. De niño, fue llevado por sus padres a vivir a Buenos Aires pero nunca esa lejanía logró debilitar el amor por su tierra natal. Es que aquí habían quedado los parientes de su madre, relacionada con los Gorostiaga e Isasmendi Gorostiaga, y también los de su padre vinculado con los Arias. Era primo de Julio Cortazar, quien por conflictos familiares no revelados, en un momento de su vida agregó un acento al apellido original pasando a ser Cortazár.

Así es que Augusto Raúl Cortazar, hombre que dedicó toda su vida a la docencia y a la investigación, se desempeñó en distintas cátedras obtenidas por concurso en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Allí fue profesor titular de Literatura Argentina, Folclore General y Ciencias Antropológicas, con orientación en folclore. Y en la Universidad Católica Argentina también ejerció la docencia, mientras dictaba cursos especiales en diversas universidades del país y el extranjero.

Como hombre formado en las disciplinas universitarias, fue alumno y colaborador del poeta y dramaturgo Ricardo Rojas (1882-1957), desplegando una tarea constante antes y después de graduarse como abogado, profesión que relegó para entregarse a su vocación.

Pero además de catedrático, Cortazar creó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA un seminario de folclore y más tarde la licenciatura en la especialidad. Y en la misma casa fue director del Departamento de Ciencias Antropológicas.

También se desempeñó como director de la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras, Jefe del Departamento de Folklore del Museo Etnográfico y director de la Biblioteca Central de la UBA. Asimismo, con carácter honorario, se desempeñó como director del Seminario de Folklore y de la Carrera de Bibliotecología.

En nuestro país fue director del Fondo Nacional de las Artes y miembro de número de la Academia Nacional de la Historia y del Instituto San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta. En el exterior fue miembro del Advirsorv Board de la Universidad de Californa (USA); Miembro Correspondiente de la Real Academia de la Historia de Madrid (España); Miembro de la Sociedad Folklórica de México; Miembro del Instituto Histórico y Geográfico Brasileiro (Brasil); Miembro de la International Society for Narrative Research (Gotingam –USA); Miembro Consultor del Instituto de Folklore de Huancayo (Perú); Miembro Correspondiente de la Sociedad Folklórica del Uruguay y del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay.

En la UNSa

Aquí en Salta, participó en enero de 1972 de una reunión de la Comisión Nacional de Factibilidad de la UNSa, donde dio su apoyo a la creación del Instituto de Arte y Folclore, propuesta presentada por el representante estudiantil Eduardo Ashur del Departamento de Humanidades (UNT) .

Luego de creada la Universidad Nacional de Salta (11/5/72), Cortazar regresaba a nuestra provincia con frecuencia para brindar charlas, seminarios y jornadas. En los últimos meses de su vida había desarrollado cursos programados por la UNSa.

En junio de 1974 renunció a todos sus cargos en la Universidad de Buenos Aires “por incompatibilidad política” cuando era ministro de Educación de la Nación el doctor Jorge Taina (padre). Pocos meses después, una breve pero grave enfermedad terminó con la vida de este eminente salteño y notable investigador argentino. Falleció en Buenos Aires el 16 de septiembre de 1974 y sus restos fueron sepultados en el cementerio de la Chacarita.

La noticia del fallecimiento del doctor Augusto Raúl Cortazar, se conoció en Salta al día siguiente de ocurrida y ante ello, el rector de la Universidad Nacional de Salta, doctor Holver Martínez Borelli, resolvió que en señal de duelo el 18 de septiembre de 1974 se izara la bandera a media asta en el mástil de la Universidad y se suspendieran por 24 horas todas las actividades de esa casa de altos estudios.

El Tribuno, en cuyas páginas el doctor Cortazar había sido un asiduo colaborador con sus trabajos, también adhirió al duelo “que enluta hoy –dijo- a familiares, amigos y discípulos”.

Cortazar y Leguizamón

Llegado el día de la sesión, a media mañana, Ashur y el suscripto nos reunimos en el Hotel Salta con el doctor Cortazar quien se encontraba en compañía del doctor Gustavo “Cuchi” Leguizamón. Allí se coordinaron los pasos a seguir en la deliberación de la Comisión de Factibilidad que funcionaba al frente del hotel. En la reunión presidida por el doctor Oñativia, solicitamos que los doctores Cortazar y Leguizamón fuesen invitados a participar. Luego se dio lectura a la propuesta de creación del Instituto de Arte y Folclore. Concluida la misma, el presidente Oñativia solicitó a los invitados sus opiniones al respecto. Primero usó de la palabra el doctor Leguizamón, quien en una breve alocución dio su parecer a favor del proyecto y elogió la iniciativa. Finalizando dijo: “Qué lindo sería que nuestra futura universidad tenga alguna vez un coro polifónico, una orquesta sinfónica, conjuntos folclóricos, salas de artes, museos…. “. Y concluyó; “Propongo que al fondo de la universidad se construya un gran charco para que las ranas, los sapos y los rococos vayan a cantar a coro…. ¡Qué lindo sería!”. De más está decir que con Leguizamón, la solemnidad y el gesto adusto e incómodo de algunos miembros de la Comisión, trocaron en amable y hasta risueño.

Finalmente tomó la palabra el doctor Cortazar quien en su alocución de algo más de un cuarto de hora fue absolutamente favorable a la iniciativa.

Con fundamentos sólidos y contundentes, concluyó felicitando a la Comisión por tan feliz iniciativa, no sin antes recordar que hasta ese momento, ninguna universidad del país contaba con un ente de estas características. Quienes se oponían a la creación del Instituto aludiendo razones presupuestarias, “guardaron violín en bolsa” y el proyecto se aprobó por unanimidad.

Instituto de Arte y Folclore

En 1972, la Comisión Nacional de Factibilidad de la UNSa debía sesionar para la creación del Instituto de Arte y Folclore, y el cambio de nombre del Departamento de Ciencias Económicas. La primera era una propuesta del representante estudiantil Eduardo Ashur y la segunda del suscripto (Movimiento Pro UNSa). Como al momento de la presentación de ambas propuestas no hubo suficiente consenso, se solicitó a viva voz al presidente doctor Oñativia, que para el momento de sus respectivos tratamientos se invitara al doctor Augusto Raúl Cortazar a los fines de escuchar una voz. Como no hubo oposición, la invitación fue cursada y de inmediato aceptada por el académico.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales

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