Estamos trabajando tras una reforma importante que hicimos en la organización de la policía, con una inversión fuerte que se hizo en tecnología para desarrollar todo lo relacionado a la inteligencia criminal, al análisis criminal. Llevamos adelante una política provincial que se implementa de una manera particular en cada uno de los 135 municipios. Tenemos una policía que depende de la provincia, pero con políticas que se adaptan en cada municipio con plan de seguridad que damos a cada intendente y que complementa el trabajo de la policía.
Tenemos mucha información del mapa del delito: sabemos que, en términos estadísticos, el 50% del delito se concentra en el 7,10% del territorio. Se desarrolló un sistema que ya lleva tres años, donde podemos predecir con mayor posibilidad en qué lugar, en qué día, en qué hora, hay posibilidad que se concentre el delito.
Con el avance del narcotráfico, ¿cómo trabajan?
Todos los organismos que luchan contra la droga hablan de un crecimiento de la producción de droga de aproximadamente el 30%. Cuando hay más producción, hay más oferta y hay un crecimiento de la demanda. En el Consejo de Seguridad varios ministros provinciales coincidieron en que hay una mayor presencia de droga. Es un problema complejo que tiene diversas aristas. La droga en la provincia de Buenos Aires pasa porque es Europa principal comprador. La droga entra a la Argentina y luego aparece en Europa. Hay una parte que sigue a la provincia de Buenos Aires para consumo y otra parte de la droga se usa para pagar servicios logísticos de la exportación a Europa. O sea, hay que acopiar, hay que tener seguridad en los acopios, hay que embarcar muchas veces. También hay un tema político y hay que tratar de avanzar en la política de Estado a nivel nacional, tanto de las provincias como de la Nación. Hay que construir un entendimiento de que la situación es grave, que tenemos que enfrentarla entre todos y que tenemos que ver las medidas a tomar entre todos para construir un país libre. Yo creo que hay una materia pendiente respecto de la administración de la justicia penal. Se hizo hincapié en el narcomenudeo y esta herramienta le dio la posibilidad a las provincias de actuar, pero eso era un problema, porque yo no puedo, desde la Provincia de Buenos Aires, frenar la droga que llega a la Provincia. Tengo un límite respecto de lo que puedo investigar, porque el narcomenudeo es la venta, es el último eslabón. En Buenos Aires hicimos un cálculo y en los últimos 10 años invertimos por lo menos 4.000 millones de dólares, ya que tenemos 6.000 presos con el narcomenudeo, presos que financian las cárceles de la provincia. La lógica del narcomenudeo implicaba que la Nación iba a transferir los recursos que nunca llegaron. Entonces, nosotros invertimos un montón de dinero para perseguir a los más débiles. Usted hoy mete presos a 1000 pibes que venden y a la semana ya se consiguieron 1000 nuevos. Entonces, tenemos que poder destruir las organizaciones.
Más allá de que hay jueces federales que están muy comprometidos, que nos ayudan mucho, que trabajamos mucho con ellos, pero más allá de eso hay que reorganizar el sistema de la justicia federal porque hay muchas causas que se archivan cuando no se llegan a tratar. Además, en la provincia de Buenos Aires se archivan el 80% de las causas de denuncias de droga.
Y ve compromiso para cambiar…..
Creo que hoy todos los ministros de seguridad provinciales y la ministra nacional sienten la presión de la sociedad en los medios de comunicación por dar respuestas, lo mismo las policías, pero la presión sigue ahí, no se traslada a otros sectores. Y la verdad es que para que las investigaciones lleguen a buen término necesitamos que todos los sectores contribuyan.
¿Cómo juega la falta de fondos?
Tenemos un problema de financiamiento. La provincia de Buenos Aires aporta el 40% de los recursos y recibe el 20%. Somos la provincia con menos gastos públicos por habitante, somos la provincia con menos trabajadores estatales por habitante, incluida la policía, servicios financieros, maestros, no damos abasto. Yo tengo un policía acá a 80 manzanas. La ciudad de Buenos Aires tiene dos policías por esquina, yo tengo uno de 80 cuadras a 80 manzanas.