La cabeza de Correa

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La investigación de The Intercept y Drop Site expuso a la fiscal que lideró la ofensiva contra el ex presidente de Ecuador a 6 meses de las elecciones presidenciales.

“Estados Unidos quiere la cabeza de Rafael Correa”, así de directo fue el mensaje de la Fiscal General de Ecuador, Diana Salazar, a un colaborador cercano en los explosivos chats que reveló la investigación de The Intercept y Drop Site.

Salazar no es cualquier figura. Es la mujer que se vistió de la heroína para perseguir a los corruptos, un perfil que la puso en el centro de la escena en los últimos cinco años. Una copia del modus operandi de Sergio Moro en Brasil pero que en el caso del brasileño su fama se fue cayendo a pedazos con el correr de los años hasta dejarlo en la más absoluta irrelevancia.

Justamente, el principio del fin del reinado de Moro en Brasil fue una investigación de The Intercept que demostró las irregularidades del ex juez en la condena y presión de Lula que favorecieron directamente a Jair Bolsonaro en las elecciones de 2018. El desenlace lo conocemos: la caída de todos los procesos judiciales, la liberación de Lula y la vuelta a la presidencia.

El laberinto de Maduro

Hay enormes similitudes entre Ecuador y Brasil pero la trama ecuatoriana está en pleno desarrollo. ¿Qué revelan los chats? La ineludible participación del Departamento de Estado en las causas contra el correismo, una estrecha relación con Salazar y una alarmante discrecionalidad a la hora del manejo de los tiempos de cada investigación para proteger a unos y perjudicar a otros.

Salazar es la arquitecta de una narrativa anti-correista que viene dominado la agenda en Ecuador de los últimos 5 años y tuvo sus resultados en las últimas dos elecciones presidenciales. Rafael Correa está condenado por una causa conocida como “caso sobornos 2012-2016”, una trama de corrupción supuestamente montada bajo su gobierno y que involucraba a empresas nacionales e internacionales como la brasileña Oderbretch.

Según los jueces, el gobierno recibió pagos para financiar el entonces movimiento político de Correa, Alianza País, a cambio de adjudicar contratos millonarios. La prueba de eso solo es una libreta de una secretaria con anotaciones varios años después que confirmarían la acusación. Parece una copia del caso de los cuadernos en Argentina que condenó a empresarios y funcionarios del kirchnerismo pero que con el correr de los años evidenció severas irregularidades.

El tándem Salazar y la jueza Diana Camacho operó de manera muy similar a Moro y el fiscal brasileño Deltan Dallagnol. La narrativa anti-correista, como pasó en Brasil luego de la salida de Dilma Rousseff al calor del Lava Jato, fue clave para que la izquierda ecuatoriana perdiera la segunda vuelta con Guillermo Lasso en 2021 y con Daniel Noboa en 2023.

Es cierto que el correismo padece la enfermedad del piso alto-techo bajo que lo ubica ganador en todas las primeras vueltas pero no le alcanza para ganar en balotaje.

Hay enormes similitudes entre Ecuador y Brasil pero la trama ecuatoriana está en pleno desarrollo. ¿Qué revelan los chats? La ineludible participación del Departamento de Estado en las causas contra el correismo, una estrecha relación con Salazar y una alarmante discrecionalidad a la hora del manejo de los tiempos de cada investigación para proteger a unos y perjudicar a otros.

Culpar a la narrativa sería tramposo o incompleto. Es evidente que no han podido resolver el rechazo y desconfianza del sector indígena que hoy aparece como tercera fuerza del país y hay muchas discusiones en relación del estilo de conducción de Correa y el perfil de los candidatos para competir, especialmente luego de la traición de Lenin Moreno en 2017, pero en todas las razones que se ponen sobre la mesa a la hora de discutir las razones de porque el correismo no puede volver al poder hay uno que es emmental: Rafael Correa no tiene los derechos políticos por una condena floja de papeles.

Salazar fue es responsable de eso y de darle luz verde a la responsabilidad del correismo en el asesinato del candidato Fernando Villavicencio. La Fiscal sabía y así lo demuestran los chats, que los perpetradores de la muerte del dirigente fueron narcos pero dejó correr esa versión que estancó a Luisa González en las encuestas y terminó con Noboa ganando las elecciones.

Además, el correismo no es solo Correa. Es un movimiento que logró consolidarse como el de mayor capilaridad de Ecuador, primera minoría en la Asamblea Nacional, alcaldías importantes como Quito y Guayaquil o gobernaciones como Guayas o Pichincha. No existe fuerza política con semejante despliegue dado que partidos tradicionales como el Partido Social Cristiano están en franco retroceso.

Entonces, ¿cuánto vale la cabeza de Correa? A esta altura parece algo anacrónico pensar que una hipotética vuelta del ex presidente al poder fuera a ser algo incómodo para Estados Unidos, sobre todo con los Demócratas que sostuvieron a Lula, dialogan con Maduro y coinciden con Petro. Washington quiere estabilidad y los gobiernos de derecha que estuvieron en el poder desde 2017 a la fecha no la garantizaron. Los estallidos sociales de octubre de 2019, los constantes paros indígenas o la narcoviolencia son a penas algunos de los ejemplos lo corroboran.

¿Cuánto vale la cabeza de Correa? A esta altura parece algo anacrónico pensar que una hipotética vuelta del ex presidente al poder fuera a ser algo incómodo para Estados Unidos, sobre todo con los Demócratas que sostuvieron a Lula, dialogan con Maduro y coinciden con Petro.

El escándalo que involucra a la fiscal anti-correista puede tener novedades en los próximos meses con un posible juicio político que apruebe la Asamblea Nacional si el correismo lograr juntar la mayoría.

El adulto en la habitación

Las repercusiones políticas que puede tener este caso es un interrogante a seis meses de las elecciones presidenciales. En el entorno de Correa creen que puede favorecerlos porque “todo esto demuestra no estuvimos implicados en el asesinato a Villavicencio, que incluso nos perjudicaron y se demuestra una vez más la persecución al correismo. La verdad aparece después de tantas injusticia”, afirmaron.

Si la suerte de Salazar termina siendo la de Moro, estaremos frente a un cambio de 180 grados en el escenario político de Ecuador.

Fuente: https://www.lapoliticaonline.com

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