Sistema de alerta contra el abandono escolar

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Opinión por Esteban Torre y Carla Paparella

La llegada de un tornado o la crecida de un río pueden anticiparse. Existen sensores que detectan cambios en los comportamientos de ciertas variables climáticas que pronostican el evento y permiten organizar una respuesta orientada a minimizar el impacto adverso del fenómeno natural. Se trata de un sistema de alerta temprana que realiza un seguimiento de determinados indicadores, detecta un evento meteorológico de inminente riesgo que se comunica y difunde a la población y promueve una acción de respuesta, cuya efectividad estará asociada a las capacidades desarrolladas para tal fin y los recursos a disposición. De la misma forma, recientemente los sistemas educativos han desarrollado sistemas de alerta temprana (SAT) para actuar a tiempo y prevenir el abandono escolar, fundamentalmente en el nivel secundario, en el que esta problemática se concentra.

El SAT es una herramienta que –apoyada en los sistemas nominales de información y el seguimiento de algunas variables clave (asistencia, calificaciones, sobreedad, nivel socioeconómico)– permite identificar a los estudiantes en riesgo de abandono escolar y promueve acciones que fortalezcan sus trayectorias educativas para así evitar que dejen la escuela. Tiene, por tanto, un componente de detección y otro de intervención. El propósito del SAT es instalar un mecanismo sistemático de gestión del riesgo de abandono, apoyado en un uso inteligente de la información y en la activación de intervenciones oportunas para quienes más lo necesitan.

Una condición indispensable para el buen funcionamiento de esta política es la disponibilidad de información. En este aspecto, el desafío no reside únicamente en apuntalar la dimensión operativa, cómo se carga la información, sino fundamentalmente la dimensión cultural de su uso. Hoy las escuelas producen un sinfín de datos que pocas veces son sistematizados en función de un objetivo claro y, por tanto, se asocian con una carga administrativa pesada. Una de las premisas del SAT es que la información que las escuelas ya registran sobre cada estudiante es muy valiosa para conocer anticipadamente quiénes poseen mayores probabilidades de interrumpir su escolaridad. Esto le otorga un sentido a la carga de datos que, además, vuelve a las escuelas como información oportuna para la toma de decisiones.

Esta política, que se implementa desde hace años en Europa y Estados Unidos, cobró impulso en la región latinoamericana en el período post pandemia. Chile, Uruguay, Perú y Colombia, por ejemplo, la utilizan para fortalecer la escolaridad de sus estudiantes. En Argentina, Mendoza y Entre Ríos han sido las provincias pioneras en su implementación. Apoyadas técnicamente por Cippec, ambas provincias pusieron el SAT en funcionamiento en 2023: alcanzaron a todas las escuelas secundarias mendocinas y a 80 entrerrianas. El primer año de implementación ha dejado puntos de mejora que se recogen junto a esperanzadores frutos que ya empiezan a verse: fueron 650 estudiantes de Entre Ríos que, habiendo sido identificados con riesgo alto de abandono, pudieron sostener su escolaridad y hoy continúan sus estudios. Del igual modo, con el SAT, la tasa de abandono en Mendoza cayó del 7,1 al 6,4.

Desde Cippec, estamos iniciando un camino junto al Ministerio de Educación de Salta para apoyar el desarrollo de un SAT. El abandono escolar es uno de los desafíos de la escuela secundaria en Salta, donde la tasa de abandono interanual es del 16% en las escuelas de gestión estatal. Hay un camino importante por recorrer y, al mismo tiempo, una decisión de atacar esta problemática. El punto de partida es un sistema de gestión e información educativa (Sinide – SGE) sólido, con una alta cobertura de datos: prácticamente el 100% de las instituciones educativas salteñas cargan información de cada alumno que es clave para el funcionamiento de un SAT, como la asistencia y las calificaciones. Asimismo, la reciente implementación del boletín digital en la provincia hace sinergia con esta iniciativa. Existe, por lo tanto, una buena plataforma para la puesta en marcha del SAT. Los siguientes pasos consistirán en configurar los tableros de visualización de la información, definir el universo de escuelas en los que se implementará en una primera etapa en el ciclo lectivo 2025 y delinear el menú de políticas y estrategias disponibles para acompañar las trayectorias de los estudiantes.

Terminar la secundaria es una condición básica para que las personas puedan llevar adelante su proyecto de vida y ejercer una ciudadanía democrática. Una educación de calidad es, además, el pilar fundamental para construir un país con un desarrollo inclusivo y sostenido. Es un proceso que requiere del liderazgo del Estado que marque un rumbo, pero también del acompañamiento de las fuerzas vivas de la sociedad. Este es un paso en esa dirección.

(*) Esteban Torre, director de Educación de Cippec y Carla Paparella, coordinadora Sr. De Educación de Cippec

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales

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