Argentina enfrenta una situación fiscal y económica compleja, con desafíos importantes en términos de inflación, tipo de cambio y crecimiento. Si bien las políticas de ajuste han sido profundas y el mercado ha comenzado a estabilizarse, aún persisten riesgos significativos, especialmente relacionados con la política interna y la dependencia de los precios internacionales.
Las expectativas a mediano plazo sugieren una recuperación lenta “con forma de sonrisa” (no en forma de U ni de V), siempre que se mantenga la estabilidad política y se logre una gestión fiscal y monetaria adecuada. Esos fueron algunos de los conceptos que expuso el economista Gustavo Reyes, el jueves pasado en el Centro de Convenciones de Limache.
Reyes detalló a través de gráficos las “Perspectivas macroeconómicas para el segundo semestre”. El profesional es máster en Economía, miembro del Consejo en Evaluadora Latinoamericana y economista jefe en el IERAL; además se desempeña como profesor en UNCuyo. “La economía tocó fondo el segundo trimestre y va a ir mejorando, pero lentamente”, sintetizó.
El desafío de la inflación
A pesar de las “inéditas” políticas de ajuste, remarcó la inflación sigue siendo un desafío central para la economía argentina. Del 25,5 % en diciembre, en julio cerró en 4%, pero aún se encuentra lejos de niveles sostenibles. El desafío radica en bajar rápidamente las tasas de inflación en un contexto de políticas monetarias restrictivas y ajustes fiscales.
Sobre las expectativas de devaluación, el economista sostuvo: “El mercado para diciembre esperaba a principio de año un dólar de 1900. ¿Qué espera ahora? 1083.”
Entre los factores que influyen en la inflación destacó que los salarios y las tarifas de servicios son los principales elementos que siguen empujando al alza los precios. Los salarios han crecido por encima de la inflación en los últimos meses, con una recomposición significativa desde niveles muy bajos en febrero.
En cuanto a las tarifas, reflejó en cuadros que los ajustes durante el gobierno de Macri y los congelamientos posteriores con el gobierno de Alberto Fernández, actualmente están en un proceso de actualización impulsadas por Milei. Este ajuste de tarifas, aunque necesario, también presiona la inflación. “El tema son salarios y tarifas. Y esto sí está creciendo más que la inflación”, insistió.
El gasto público
La situación fiscal en Argentina ha experimentado un cambio significativo, marcado por una política de ajuste más agresiva que en periodos anteriores. Reyes comentó que tradicionalmente, la relación entre el presidente y el ministro de Economía en torno al gasto público se basaba en la resistencia a la reducción del gasto por temor a consecuencias políticas. Sin embargo, el enfoque actual, con Milei, es diferente: el presidente está impulsando un recorte aún más pronunciado del gasto público.
El gasto público total ha pasado de representar aproximadamente el 30% del PBI a fines de los 2000 a un pico del 47%. La expectativa es llevar este gasto al 25% del PBI.
El panorama para lo que queda de este 2024 es incierto. Existen varios factores que influirán en el desempeño de la economía: los precios internacionales de las commodities, la política monetaria global y la situación política interna, indicó. No pasó por alto el temor a la recesión que tuvo Estados Unidos.
La recuperación del empleo será limitada debido a la debilidad en la actividad económica. Dijo que el mayor problema es para los desocupados. En otro aspecto, sostuvo que “el mayor riesgo sigue siendo el político, con un panorama altamente incierto para 2024, lo que podría afectar la confianza de los inversores y la estabilidad económica”. Es necesario agilizar reformas estructurales.