El maestro que llevó la música a las escuelas rurales y despertó el interés de más de 300 artistas

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Alumnos de escuelas rurales de Córdoba y Santa Fe grabaron dos discos con cerca de 500 artistas de distintos rubros (Fotos: Canciones urgentes para mi tierra)

“En esa libertad que me permitió la ruralidad, se gestó este proyecto maravilloso”, recuerda Ramiro Lezcano quien se define como un trabajador de la educación. Además de profesor de Filosofía y Psicología, también es músico y hace más de diez años inició el proyecto “Canciones urgentes para mi tierra”.

La propuesta sin fines de lucro tiene centro en las escuelas rurales de nivel inicial y primario donde los estudiantes pasaron de no tener clases de música a grabar dos discos, con más de 300 artistas que van desde León Gieco, Hilda Lizarazu, Abel Pintos, Chano, Pablo Milanés, Rubén Rada, Rubén Blades, Pedro Aznar y Durga McBroom (corista de Pink Floyd), entre otros. La aceptación fue tal que también crearon un “Woodstock ambiental”.

En medio de la llanura del campo, las escuelas rurales albergan a chicos que muchas veces son “golondrinas” debido a la precariedad en la que trabajan sus padres. El Informe nacional de indicadores educativos elaborado en 2022 por el Ministerio de Educación de la Nación, indica que en Argentina hay 21.480 escuelas rurales entre niveles primarios, secundarios e inicial.

Hace 10 años, en algunas de dichas instituciones ubicadas en pequeñas localidades de Córdoba y Santa Fe no existía el cargo de profesor de música pese a que “el arte es una de las herramientas que permite rescatar lo poco que nos queda de humanidad en la educación”, expresó Lezcano, quien no dudó en proponer clases de música en su localidad San Marcos Sud.

Ramiro Lezcano dicta clases en distintas escuelas rurales y junto a los estudiantes componen canciones de distintos géneros

Al poco tiempo de iniciar las clases, detectó problemas que forman parte de la vida diaria de los estudiantes. “Una tarde salimos a jugar a la pelota afuera en una de las escuelas que sí tenía un espacio y un alumno me dijo ‘profe me pica la garganta’”, recordó Lezcano. La situación se repitió con otros menores y advirtieron que “un avión fumigador estaba en el campo de al lado de la escuela. Y lo volátil de esos agrotóxicos generó que estuviéramos toda una semana sin ir a la escuela intoxicados”.

En otra escuela rural ubicada en la localidad de Saira (Córdoba) donde solo habitan 1005 habitantes, según el Censo de 2022, el propietario del monte donde los alumnos solían jugar o cantar bajo los árboles, fue talado. Ante dichas problemáticas, Lezcano planteó “que la música no solo sea un medio lúdico para divertirse, sino que sea una herramienta de transformación social y les propuse componer una primera canción para pasar en la radio del pueblo”.

Basándose en María Elena Walsh surgió “juguemos en el campo mientras Monsanto no está” y fue así que el docente decidió llevar el estudio de grabación a seis escuelas rurales para poner en valor el lugar de creación y empoderar a los niños de las ruralidades que deben trasladarse hacia la ciudad cada vez que quieren ir al cine o atenderse por un problema de salud.

Una vez terminada la canción, un estudiante que en aquel entonces tenía siete años, “me dice: ‘profe qué lindo que suena la canción ¿por qué no invitamos a cantar a ese artista que nos hiciste escuchar la clase pasada?’” en referencia a Pablo Milanés.

Los estudiantes grabaron dos discos donde participaron Marcelo Moura, Elena Roger, Rubén Rada y León Gieco entre otros

Ante la propuesta del nene, Lezcano le aclaró que no era amigo de ninguno de los músicos que admiraba. “El alumno escucha con mucha atención y me dice bueno profe, no importa”, recordó. Sin embargo, al volver a su casa empezó a sentir una “sensación de mucha angustia porque me di cuenta que le había cerrado una ventana a ese pibe sin darle una oportunidad de soñar”, expresó

A la semana volvió a la escuela, hicieron una pancarta diciendo “Pablo ayudanos a cantar con nosotros” y se sacaron una foto frente a la escuela. “No tenía ninguna expectativa y lo único que quería era que esos niños vieran que su profe por lo menos lo había intentado”.

Luego de confeccionar la bandera, “buscamos en la única escuela donde había internet, un Facebook que decía Pablo Milanés. Enviamos un mensaje privado con la canción, un texto y la foto”. A los 10 días suena el teléfono de su casa, “me hablan de un hotel de México y me dicen que quieren hablar conmigo. Era Milanés que me decía ‘Ramiro yo no sé quién sos vos o tus alumnos, pero mi pareja me pasó tu mensaje. Tengo muchos amigos en Argentina, me gustó tu canción, vuelvo a La Habana y grabo”.

El docente llevó un estudio de grabación a cada escuela rural para que los chicos puedan grabar en su lugar de creación

Al principio pensó “que era un chiste” y no habló con nadie sobre la llamada, sin embargo, “pasaron diez días después de ese llamado y llega la voz de Pablo por mail. Llego al aula, le digo a los chicos; y no lo podían creer”. Al recordar ese primer contacto, Lezcano consideró que “fue un aprendizaje para mí. Me dí cuenta que el docente no solamente tiene que intentar enseñar sino que tiene mucho que aprender de las infancias”. A partir de “ese día me senté en el piso con ellos, aprendí a mirarlos a los ojos y a soñar y a darme cuenta que había no una canción, sino un camino por recorrer”.

Un trabajo interdisciplinario que llevó a mezclas impensadas: “Hay canciones donde está Palo Pandolfo cantando con Piñón Fijo”

Cada 20 días, Lezcano llega a las escuelas rurales con un disco de vinilo o un CD de distinto género musical para escucharlo en su totalidad. En el patio de la institución, él junto a los estudiantes analizan desde las letras hasta el arte de tapa. De ese modo, el formato físico “nos garantiza acceder a la obra en su totalidad, a ver las ilustraciones y los créditos”.

Durante cinco años compusieron 30 canciones basadas en problemas como la minería, la contaminación del agua o humedales, participaron 500 artistas argentinos, latinoamericanos y europeos; “con mezclas muy singulares porque hay canciones donde está Palo Pandolfo cantando con Piñón Fijo y con el guitarrista de Los Violadores”.

En la canción Agua Va participan Marcelo Moura, Leo García, Benito Cerati, entre otros

Es decir, “mezclas que nunca se hubieran dado en un escenario pero que sí se dieron en este disco por la solidaridad y confianza de estos artistas”, expresó el docente. Además, al tratarse de un proyecto sin fines de lucro, no contaban con los fondos para cubrir los costos de un estudio, de manera que armaron una cadena de 80 estudios de grabación en Argentina, Londres, Madrid y Lima entre otros países. Y donde también prestaron su colaboración distintos ingenieros de audio como Jorge “Portugués” Da Silva e ilustradores como Rocambole que dieron color a cada canción compuesta por los chicos.

Aún sin creer todo el trabajo logrado, Lezcano remarcó que “para mí era un sueño poder ver esos artistas que eran como una especie de superhéroes, porque yo sigo viviendo en mi pueblo en San Marcos”.

Si bien los temas ambientales son el eje de cada canción, Lezcano remarcó que no están en contra del campo. “Nosotros somos el campo, así que no podemos estar en contra nuestra. Nosotros cuestionamos un modelo productivo donde se prioriza lo económico y se deja de lado la salud porque se están utilizando cosas que envenenan a la gente y a los cultivos”.

De León Gieco y La Renga, a Rubén Blades y Durga McBroom

Antes de invitar a cada artista, los chicos escuchan su música “y saben por qué lo invitan. Antes lo escuchamos, descubrimos quiénes son y es mágico que un alumno de 9 años me venga a pedir un disco de Los Abuelos de la Nada”.

A poco de terminar de grabar el primer disco, Lezcano le planteó a sus alumnos que se trataba de un disco conceptual y a modo de ejemplo, citó La Biblia de Vox Dei y The Wall de Pink Floyd. Al escuchar “The Great Gig in the Sky”, uno de los nenes “me dice profe y si la invitamos a cantar una canción. Después de cuatro años fue mi segundo no”. Minutos después, reapareció el mismo sentimiento que años atrás con Pablo Milanés.

Por eso, al llegar a casa “busqué Durga McBroom y encontré un solo perfil en Facebook. El miércoles próximo hicimos un cartel en inglés y lo enviamos”. Pero esta vez no pasaron diez días, sino uno.

El profesor con sus alumnos

Para sorpresa del docente, la cantante que supo ser corista de Pink Floyd se encontraba en Roma con Jean McClain, corista que colaboró con Mick Jagger y Celine Dion entre otros, y ambas quisieron colaborar con el proyecto de la escuela rural. Sin embargo, tenía un solo día para conseguir un estudio de grabación. De inmediato envió varios mails y uno solo aceptó dado que tenía familiares en Argentina y fue el responsable de buscar a las cantantes para que grabaran la canción “Human”, compuesta por los estudiantes.

Bandas como Tan Biónica o Divididos los invitaron a participar de recitales. Este año, “La Renga nos invitó a cantar El Revelde en el Estadio Kempes (Córdoba Capital), que para nosotros fue un sueño porque hay niños que no conocen la ciudad porque que viven en la ruralidad, viven en el campo, y no solo llegaron a la ciudad sino que cantaron delante de 45.000 personas”.

Estudiantes de escuelas rurales que integran “Canciones urgentes para mi tierra” cantaron con La Renga en el Estadio Kempes de Córdoba

Más allá de la inclusión, la invitación también permitió derribar prejuicios. “Un papá tenía miedo de ir al concierto de La Renga por prejuicios propios del lugar donde vivimos. Y que venga al taller y me pregunte dónde puede escuchar El Revelde; es maravilloso”, expresó el docente.

“Con La Renga muchos se bajaban llorando por la emoción y por descubrir que esos artistas que hemos escuchado a veces en cuatro paredes en la intimidad de la ruralidad, en un lugar casi olvidado donde muchos ni saben dónde quedan las escuelas; esos artistas están en el escenario con ellos y es muy fuerte”, resaltó Lezcano, quien destacó que cada experiencia para los chicos de la ruralidad “es un testimonio que no se van a olvidar nunca en sus vidas”.

Con la invitación a cantar con La Renga, algunos estudiantes de escuelas rurales visitaron por primera vez la ciudad (Foto: @makierem)

En el proyecto “Canciones urgentes para mi tierra” participaron de manera solidaria más de 500 profesionales de distintas áreas y por eso, el docente remarcó que “no solo son grandes artistas sino son gente muy humilde que que se ha brindado al proyecto” y frente a dicha muestra de afecto, consideró que “el arte es una poderosa herramienta de transformación social”. De hecho, músicos como León Gieco siguen de cerca el proyecto y “no solo grabó una canción sino que me dijo: profe, ¿en qué te puedo ayudar? y me ayudó a componer y terminar otra canción. A veces estoy caminando en mi pueblo en medio del campo, suena el teléfono con un llamado de él preguntándome sobre el proyecto y tengo la alegría de saber que no he perdido la capacidad de asombro. Me sigue pareciendo una locura que esto me siga pasando”.

“Woodstock Ambiental”: un espacio para compartir música y conciencia

Durante el 2023 los integrantes del proyecto decidieron hacer un evento para dar a conocer las canciones vinculadas a problemáticas ambientales y con la participación de artistas. Por eso, Lezcano planteó que se trató de un “Woodstock Ambiental”.

Sobre el escenario pasaron cien alumnos de escuelas rurales que cantaron frente a 10 mil personas que no solo llegaron desde distintos puntos del país, sino que también acudieron ambientalistas de Colombia y Perú.

El evento que está respaldado por científicos e investigadores, es de carácter gratuito y se volverá a realizar este 17 de noviembre de 2024 en San Marcos Sud, Córdoba. Y allí los alumnos que integran “Canciones urgentes para mi tierra” presentarán un nuevo disco.

Este año los estudiantes presentarán un nuevo disco en un evento considerado como un “Woodstock Ambiental”

El espacio también sirve de reencuentro debido a que al ser alumnos golondrinas “capaz que sus padres están seis meses trabajando en un lugar, los chicos grabaron una canción y después perdemos el rastro”.

En la edición del año pasado, “hubo chicos que estaban en el Chaco o en Santa Fe se enteraron y buscaron el contacto de la Municipalidad y me dijeron ‘profe yo canté esas canciones y quiero ir’. Eran alumnos del secundario, así que se vinieron porque sus municipios se sensibilizan y le ofrecieron el transporte”, remarcó el docente.

Así, la idea de llevar música a las aulas de escuelas rurales no solo posibilitó que los estudiantes conocieran una rama artística, sino que les permitió transformar sus problemáticas en arte, sensibilizar y despertar el interés de cientos de artistas. Por eso, “la escuela tiene que ser ese lugar que te abre una ventana y te permite escuchar otras cosas”, concluyó el profesor.

Fuente: https://www.infobae.com/tag/policiales