El Teatro Nacional Cervantes y Cultura de la Provincia presentan “Como espuma de corso berreta” en la Usina, España 98, hoy y mañana, a las 21.30, y el domingo, a las 20. Con Nico Obregón, Claudia Peña, Maxi Rocha y Nacho Torres, la obra dirigida y escrita por Natalia Aparicio estrenó a principios de mes en la Casa de la Cultura y salió de gira por Salta. Este fin de semana serán las últimas funciones abiertas en la ciudad.
“Tenemos dos funciones en Tartagal y una en Cafayate y nos queda Rosario de la Frontera”, dijo Natalia, quien junto a Nacho, Maxi y Nico, en una pausa de un ensayo, dialogaron con El Tribuno sobre el grupo, el público y la necesidad de más teatro.
La gira
“Muy buen recibimiento del público. Creo que todavía faltan más obras para que la gente y los municipios se hagan ávidos de teatro y no solo de festivales”, dijo Nico Obregón sobre la experiencia de actuar en diversos escenarios. Sumó: “Y generar espectadores. En la capital, estamos en transición todavía. En los pueblos tendría que reforzar más el Estado, y llevar más teatro. La gente es muy amorosa. Siempre es lindo girar y llevar el trabajo que uno hace, sobre todo esta obra, que tiene todo para salir bien, hermosa, en cualquier lado”.
“Es hermoso llevar teatro al interior”, señaló Nacho Torres, y agregó: “Yo soy de Orán, y por lo burocrático no se dio Orán, por ahora. Pero siempre muy contento. Como dice Nico, es un público distinto, difícil, y muy agradecido. Y si bien puede costar que se acerquen… la gente quiere ver al famoso, más allá del espectáculo en sí, más allá de la calidad de la obra… Sí puedo ir a ver al famoso, pero también puedo ir a ver al que no es famoso, para disfrutar. Todo el tiempo hay que formar espectadores, como artista”.
Maxi Rocha compartió: “Es la primera vez que voy de gira, y con un grupo nuevo en el sentido que estamos trabajando hace poco juntos. Aparte de tener un público cálido en la gira, es importante que el grupo esté unido, que nos demos ánimo, alegría, risas… Hay un problema, lo solucionamos entre todos. Eso también es fundamental en una gira. Tener un grupo unido. Y creo que la Nati lo supo lograr. En mi experiencia, somos un grupo unido y queremos hacer más cosas”.
Natalia Aparicio, a su turno, dijo: “La gira siempre nos afila, ¿no? Hay que resolver cosas rápidamente, y adaptarse muchísimo. Si bien eso es difícil, también perfecciona mucho la obra y hace que la pongas donde la pongas sale como tiene que salir”.
Eurípides y el Pez musical
Con públicos distintos “no todo funciona de la misma manera. Y eso es maravilloso, te da un training que no tenés si no te vas de gira. Uno vuelve aceitadísimo, ¿no? Ahora, cuando vamos a la Usina, nos sentimos muy confiados porque venimos de situaciones mucho más complejas, de situaciones en las que había que cambiar las luces porque no había luces, o un teatro más chico o con características diferentes… Eso además nos da un ritmo, hacer funciones con continuidad le da un ritmo a la obra”, señaló.
“Variados”, definió Nico los escenarios. En algunos se sentía mucho frío, en otros faltaban luces. “El hecho de no aburguesarse artísticamente te permite ser todoterreno”, reflexionó el actor. “Venimos del todoterreno del teatro independiente, de trabajar en salas chicas que no tienen el equipamiento que tiene la Casa de la Cultura, donde, por ejemplo, todo era color de rosa y sabiendo que íbamos a encontrarnos no con dificultades, pero sí con cambios”. Natalia, en este punto, señaló: “También en Capital pasa, las salas que tienen equipamiento son muy pocas; las independientes son muy pocas y las estatales son muy pocas, y en el interior pasa muchas veces que lo que falta es equipamiento. Estaría genial que pudieran poner dinero los municipios para estos teatros tan bonitos, como en el de Cafayate, ponerlos a punto como pasó en Güemes, ese teatro es maravilloso. El de Cafayate tiene un escenario muy lindo y equipamiento, a veces lo que nos falta es apoyo técnico, gente que sepa o le paguen un sueldo para que esté ahí. Capacitaciones… sería buenísimo poder fomentar eso”.
El trabajo de un teatrista
Maxi aportó: “Con teatro independiente nos vemos con esto, qué hacemos con lo que tenemos, y brota la creatividad. Lo hacemos muchas veces a pulmón o cada uno pone de su parte dinero, trabajo, el auto”. Un teatrista abre caminos, crea un público. “Y también poder estar ahí, en convidio con gente de distintos lugares. Sería interesante que del interior vengan para acá, y eso no se da, cuando hay culturas que deberían conocerse. En la obra nos preguntan ¿son de Buenos Aires? Somos de acá, también es parte de la formación el valorarnos como salteños”, sumo Natalia.
Maxi Rocha y Claudia Peña, Eurípides y el pez musical
Climas y personajes
“La mucama es la coequiper, la coprotagonista de la cocinerita, el personaje de Nacho. Una amiga fiel, que tiene un vínculo muy fuerte con ella, una piba que viene de otras condiciones sociales, más acomodadas y está yendo a ese lugar a trabajar por no ir a la casa de los viejos, por orgullo más que nada”, describe Nico Obregón a su personaje, y agrega: “Sostiene emocionalmente a su amiga que está mal. Y que cada vez más entra en un pozo de locura, depresivo… y no voy a spoilear el final”.
Nacho Torres cuenta: “La Cocinerita es una mujer que trabaja en la casa de una familia adinerada, donde hay diferentes tipos de masculinidades. Con la mucama atraviesan por un montón de situaciones, de emociones. La Cocinerita es una mujer muy fuerte que a veces es un personaje ficticio y a veces, un personaje muy real, muy de la vida cotidiana, muy contemporáneo. Estéticamente es un personaje drag queen, y aborda temáticas necesarias. Y deja un mensaje en cuanto al rol de la mujer a lo largo de la historia, desde lo que plantea Alfonsina Storni a la actualidad, cómo se la ve, cómo no debe vérsela y cómo debe vérsela. Esa es la cocinerita”.
Maxi Rocha dice: “Eurípides es un poeta griego muy aclamado, escribió varias tragedias, pero siempre está ensimismado en su gloria. En su mente sigue en esa gloria, pero está en el infierno plutoniano y lo único que tiene es el pez musical que lo visita, pero también lo atormenta, y no tiene dónde escapar”.
Natalia Aparicio sobre el personaje de Claudia Peña cuenta: “Le decimos ‘drag fish’. Es un pez absolutamente onírico que aparece junto a Eurípides y están en el infierno plutoniano. Puede ir a cualquier lugar y su objetivo es comerse a Eurípides. Es muy chusma y sabe que Eurípides solo puede morir si se suicida. Es muy desagradable. Eurípides es un agrandado y el pez, un cínico”.
La cocinerita y la mucama
Sensorial
Tavo Granado es el diseñador de sonido. “Trabajamos no solo en las voces, en los cuerpos como sonoridad, en los zapatos… sino en todo lo que tiene que ver con la creación musical y con el lineamiento que tiene en relación con el agua -para nosotros- la obra”, detalla Natalia. “Tavo llevó maravillosamente eso, y creó el cuarteto y la saya, la letra es mía, pero hay textos en esas letras que son de Alfonsina, de Urdapilleta, una fusión, y con eso hicimos la canción y tenía que ser una fiesta”.
“La obra es muy visual y también muy sonora, de manera muy explícita con la música y de manera implícita, por ejemplo, con los tacos”, dice la directora y autora del texto.
Nico cuenta entonces las reacciones: “Hay gente que se va abrumada con esta cosa de la disruptividad. No sabe qué le pasó dentro, pero le pasó algo. Hay gente que dice la quiero volver a ver porque me quedé impactado por lo visual y me perdí la historia. Y hay gente que dice no entendí nada, pero me voy a poner a investigar”.
Natalia suma: “Hay gente que se queda con la sonoridad de la poesía, que le gusta, le impacta, pero no escuchó las palabras. Y eso es bien interesante, que no sea plano y que no sea fácil, fácil en el sentido de que esté todo servido”.