Hay otra dimensión, la que más trascenderá: en días de vacas flacas para un deporte que supo llenarnos de alegrías y gloria, Fernando el Puma Martínez es el cuarto argentino de la historia que tiene un cetro unificado. Pero además, ¡cómo lo hizo!
Hay que ir a ganarle a un japonés legendario en Japón; ganarle y que, además, los jurados lo reconozcan. Ioka tenía cuatro coronas mundiales en distintas categorías. Su país tiene tradición y presente abrumadores, sobre todo en esas categorías de pesos menores.
Y Martínez salió como para que no hubiera chance ni de que lo afanaran. Fue toda la pelea al frente con valentía y vigor, y le machucó la cabeza a un guerrero samurai capaz de recibir un cañonazo y seguir parado y tirando peligrosos golpes. Fallo unánime; uno de los jurados le dio ¡todos los rounds ganados! al argentino.
Especialistas del tema como Walter Vargas no dudan en subir esta epopeya a la altura de otros grandes capítulos de nuestro boxeo en Japón; el propio Martínez mencionó a Pascual Pérez, Nicolino Locche y Roquiño Accavallo, como orgulloso de honrar esa prosapia.
Esa es la Historia con mayúsculas en la que entró el Puma Martínez.
Y está la otra, acaso más importante para él: la del Rocky de La Boca, que cuando era pibe se agarraba a piñas por resistir el desalojo de su familia del conventillo y hoy, a las piñas, ya casi llega a comprarles una casa a su mamá y sus hermanos.
Le machucó la cabeza a Ioka (Foto:@chinomaidana_promotions).
Conoció a Mike Tyson en Nevada, mientras preparaba esta pelea (@fernandopumamartinez).
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Fuente: https://www.ole.com.ar/