¡Bombazo total! Marina Calabró renunció al programa de Lanata que comparte con Rolando Barbano

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Se puede volver de las vacaciones en modo “fiaca y extrañando esos días de placer, descanso y relajo” o se puede regresar al laburo en “modo Angel de Brito”, es decir on fire y con los puños llenos de verdades para tirar al aire y revolucionar el ambiente farándulero: en su programa del canal de streaming Bondi hizo explotar la bomba de la renuncia de Marina Calabró al ciclo radial de Jorge Lanata.

¿Por qué es una bomba la baja de una panelista farandulera de un envío cuyo tema central es la actualidad socio política del país? Por la dimensión periodística de Marina Calabró, toda una figura del mundo de las noticias… pero también de los chimentos: la hija del “inolvidable y legendario Cala” estuvo en boca de todo el mundo hasta hace un puñado de horas por su romance con Rolando Barbano.

Marina y Rolando se conocieron en el estudio de Radio Mitre compartiendo el estudio de Lanata Sin Filtro, ese espacio que lidera las “primeras mañanas” de la AM sin discusión (y sólo pierde en todo el mundo de la amplitud modulada con el programa que le sigue, Alguien tiene que decirlo, el que lidera Eduardo Feinmann) y allí, entre información, análisis y columnas de opinión, se fueron enamorando.

Ella estaba en pareja con Martín Albretch, un gerente de publicidad y marketing de América, y él estaba casado con la artista plástica y dibujante Micaela Mendelevich. Para algunos, ciertas fechas coincidían y eso habría atrasado el blanqueo de la relación. Dudaron, lo negaron -ella con menos ahínco y énfasis que él- y finalmente lo aceptaron, siempre con esa tendencia: Marina muy efusiva y Rolando a regañadientes.

MARINA CALABRO RENUNCIO AL PROGRAMA DE JORGE LANATA QUE COMPARTIA CON ROLANDO BARBANO

Las cosas se precipitaron pero no tuvieron el curso que algunos esperaban. A poco de anunciar la relación dieron marcha atrás y comentaron que la habían finalizado. Se dieron, entonces, mil motivos para explicar la ruptura, pero ninguno quedó firme o con la idea de que había sido “la razón determinante”. También se planteó que se habían reconciliado, que cada tanto tenían encuentros, chispazos, fogonazos, pero no hubo confirmaciones.

Así, en medio de esos “barquinazos”, se llegó al Martín Fierro de radio. Y allí pasó lo que todos conocen: ella le dedicó el premio que ganó, él no le correspondió ni la dedicatoria ni el amor y donde hubo fuego cenizas y lágrimas quedan: algunos testigos dicen que Marina terminó esa noche llorando, echando maldiciones y con el corazón estrujado. ¿Podían, en esas condiciones, trabajar juntos mucho tiempo más? Se ve que no: ahora pueden decir que es “Lanata sin filtro”… y sin Calabró.

Fuente: https://www.paparazzi.com.ar/