A tres meses de los brutales ataques de Hamas sobre el sur de Israel, la tensión en el norte -en la frontera con Líbano- se profundiza minuto a minuto. Hezbollah, el grupo terrorista que opera en la zona, financiado por Irán, comenzó a atacar desde el mismo 7 de octubre, en respaldo a los terroristas palestinos.
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“Hezbollah está arrastrando al Líbano a una guerra innecesaria por el bien de Hamas. Hezbollah busca una escalada a pesar de la destrucción no deseada que podría acarrear al pueblo libanés. Además del sufrimiento innecesario que ya está trayendo a la población del sur del Líbano. ¿Y para qué? Por el bien de Hamas”, denunció el Contralmirante Daniel Hagari, vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel.
“A aquellos que arrastran a la región a una escalada innecesaria. Nuestro mensaje es claro: el pueblo de Israel, el pueblo de Gaza, el pueblo del Líbano y, de hecho, toda la región merecen un futuro de paz, progreso y prosperidad, y no la muerte y la destrucción que Hamas y Hezbollah buscan”.
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Y agregó: “Tenemos el deber de defender a nuestro pueblo, si no por medios diplomáticos, por la fuerza de las armas. Puede que la ventana diplomática sea corta, pero sigue abierta.
3 meses del 7 de octubre
El 7 de octubre Hamas atacó a Israel en una operación coordinada y simultánea que incluyó ataques aéreos y la infiltración de cientos de terroristas al sur de Israel desde la Franja de Gaza.
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Asesinaron a 1.200 personas en un raid sanguinario: incendiaron casas con gente adentro, ejecutaron familias enteras, decapitaron y calcinaron bebés. Mutilaron y violaron a sus víctimas, y se llevaron a más de 250 secuestrados a la Franja de Gaza. Ese día, los terroristas de Hamas desfilaron con cuerpos de civiles y soldados por las calles de Gaza.
Las principales víctimas fueron las poblaciones de los kibbutzim del sur del país y los cientos de jóvenes que asistían a un festival de música por la paz, el Supernova, cerca del límite con la Franja.
Hamas mantiene 129 rehenes secuestrados en Gaza (Reuters)
Tras el ataque, se desató la guerra en Gaza. Las Fuerzas de Defensa de Israel realizaron primero bombardeos aéreos y luego lanzaron una operación terrestre en el norte de la Franja. Reiteradamente y por varias vías, las FDI pidieron la evacuación de los civiles pero el grupo terrorista utiliza escuelas, hospitales y residencias como base de operaciones. Hamas se esconde históricamente entre la población civil.
Tras la mediación de Qatar, con la colaboración de los los Estados Unidos, Israel y Hamas acordaron el intercambio de rehenes por presos palestinos acusados y/o condenados por delitos de terrorismo.
La tregua comenzó el 24 de noviembre y duró siete días en los que Hamás liberó a 113 rehenes, entre mujeres y niños israelíes, y secuestrados extranjeros. A cambio Israel entregó a decenas de presos palestinos y permitió la entrada adicional de ayuda humanitaria a la Franja.
Tras 7 días de alto al fuego, el 1 de diciembre, Hamas violó la tregua. Lanzó cohetes desde la Franja de Gaza y no entregó otro listado de posibles liberados. Todavía hay 129 rehenes en Gaza, entre ellos el bebé argentino israelí Kfir Bibas de 11 meses, el secuestrado más pequeño en manos terroristas.
Tras el fin del alto al fuego, Israel reanudó las operaciones y amplió su campaña terrestre al sur de la Franja, donde se libran batallas casa por casa. El objetivo es terminar con el grupo terrorista Hamas, abatir a sus líderes y destruir la inmensa red de túneles subterráneos construida en la Franja que permite a los terroristas ocultarse, almacenar armamento y esconder rehenes.