La moneda de mayor denominación en Argentina es la de 10 pesos y en la actualidad, de forma individual, no alcanza para pagar ningún producto o servicio. En una transacción, en caso de utilizarse, cuando no se opta por redondear, su función se limita a acompañar a más monedas y/o billetes para completar un monto.
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La de 10 pesos fue creada y puesta en circulación por el Banco Central a finales del año 2018. La pérdida del poder adquisitivo que ha sufrido esta y el resto de las monedas y billetes argentinos se refleja en una inflación acumulada desde entonces de alrededor del 1800% (nivel general, según la estadística oficial).
Medido en divisa estadounidense, en base a las cotizaciones paralelas, la moneda argentina de mayor denominación representa poco menos de 1 centavo de dólar. Esta denominación es, precisamente, la menor entre todas las monedas circulantes que emite la Reserva Federal de Estados Unidos.
NI UN CARAMELO
Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, afirma que las monedas argentinas actuales ya no tienen ningún valor porque la nominalidad quedó desfasada de la economía. Como ejemplo, señala que las monedas de mayor denominación ($ 10) ya no alcanzan “ni para comprar un caramelo”.
Por ello, sostiene, el Banco Central debería emitir monedas de mayor denominación para que retomen su función. Considera que con la inflación por la que atraviesa la economía argentina ya debería haber monedas de $ 100, pero “el costo de acuñarlas es más elevado que su valor nominal”.
“Están circulando pocas y con muchas de ellas se está haciendo algo que está prohibido, pero se termina haciendo porque el valor real del metal es superior a la nominalidad de la propia moneda. Entonces, están circulando mucho más por el valor del mineral que como valor real del circulante monetario”, destaca.
CHATARRA
El uso alternativo que han adquirido las monedas argentinas en los últimos años es la venta de las mismas, ya que valen más por sus componentes. De manera informal, negocios vinculados con la metalurgia las compran por montos nominales muy superiores a las de las mimas monedas. El objetivo es fundirlas para aprovechar el valor de los metales.
Posiblemente, cuando salgan de circulación, estas monedas adquieran mayor valor entre los coleccionistas por su referencia histórica. En sitios digitales como Mercado Libre hay usuarios ofreciendo monedas de décadas atrás y distintas denominaciones (pesos y australes), en su mayoría por entre 1500 y 4500 pesos.
LA MÁS CHICA
La moneda argentina de menor denominación es la de 1 centavo. Sigue siendo de curso legal según la normativa del Banco Central, aunque son muy poco frecuentes debido a su inutilidad por su bajísimo valor. En orden ascendente, le siguen las de 5, 10, 25 y 50 centavos. Luego, las de 1, 2, 5 y 10 pesos.
Al cierre del año pasado, según datos del Central, había un total de 9.738 millones de unidades de monedas y en los últimos cuatro años el número se mantuvo casi sin variación. El stock más chico lo tiene, curiosamente, la moneda de mayor denominación ($ 10), que cuenta con un total de 199,8 millones de unidades en circulación.
El stock más grande lo tiene la moneda de 10 centavos, que cuenta con 2.713,4 millones de unidades. Le siguen las de 1 peso (1.964,3 millones), 5 centavos (1.272,5 millones), 2 pesos (1.025,1 millones), 25 centavos (1.008,7 millones), 50 centavos (747,5 millones), 1 centavo (406,3 millones), 5 pesos (401 millones) y 10 pesos (199,8 millones).
Fuente: https://www.cronista.com/