El FMI puede ayudar a Milei a definir las prioridades de la reforma libertaria

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La llegada de la misión del FMI a Buenos Aires puede transformarse en un evento que trascienda la discusión estricta del acuerdo que tiene con la Argentina.

Los economistas del Fondo, encabezados por Luis Cubeddu, comenzarán por revisar la distancia que quedó entre los objetivos acordados en su momento con Sergio Massa y los magros resultados de su gestión, tanto en materia fiscal como de acumulación de reservas.

Como los números no mienten, a Luis Caputo no le quedará otra que comenzar la negociación con el pedido de un waiver o dispensa. El dato que pondrá sobre la mesa para conseguir ese gesto es que el ajuste fiscal que prometerá a cambio será mucho mayor a lo imaginado por cualquier autoridad de Washington. Javier Milei no se cansa de decir que su objetivo es reducir a cero los 15 puntos de déficit fiscal consolidados que suman el Tesoro y el Banco Central. Y el ministro de Economía lo puso en negro sobre blanco el día que anunció la devaluación y su primer paquete fiscal.

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Un obstáculo estructural a las reformas estructurales

Sin embargo, a Caputo le costará explicar de qué manera se alcanzará esa meta, ya que muchas de las medidas propuestas para subir los ingresos (como el aumento de las retenciones, la reforma de Bienes Personales, la moratoria y el blanqueo) están incluidas en la denominada ley ómnibus.

El destino legislativo de la norma todavía es incierto. El oficialismo tiene minoría en ambas cámaras y aunque hubo ocasiones en las que logró dejar atrás a la oposición kirchnerista, lo que le agregó incertidumbre a la reforma libertaria fue que también despertó fuertes críticas de sectores aliados del PRO y el peronismo no K.

El Gobierno mostró, en un principio, el deseo de avanzar con el paquete completo. La movida incluía el DNU, cuyas disposiciones abrieron más frentes de conflicto con gremios y empresas. Pero la falta de una estrategia clara sobre qué negociar y qué no extendió la preocupación al mercado financiero, que temió por la consistencia del plan si se empantanaba la ley.

El Fondo le reclamará a Caputo y a Nicolás Posse, que como jefe de Gabinete tendrá que asumir compromisos en nombre del Presidente, un camino más claro sobre cómo pretenden llegar al déficit cero . El voluntarismo argentino ya está gastado en la mesa de negociación con Washington. Si bien el Fondo nunca dejó de monitorear la situación, sus funcionarios vinieron a Buenos Aires a llevarse respuestas, no promesas. Tal vez hasta consigan reorientar las prioridades económicas del gobierno y acomodar los plazos y urgencias de la revolución libertaria.

Fuente: https://www.cronista.com/