“La violencia contra los adultos mayores empieza por la indiferencia”

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– Porque el 15 de junio es el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. Naciones Unidas impulsó esta fecha para que los países reflexionen sobre las distintas formas de maltrato hacia las personas mayores: abuso físico, sexual, psicológico, económico, discriminación, abandono. Todo eso existe, y mucho.

¿Por qué es importante hablar de este tema hoy?

– Porque el 15 de junio es el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. Naciones Unidas impulsó esta fecha para que los países reflexionen sobre las distintas formas de maltrato hacia las personas mayores: abuso físico, sexual, psicológico, económico, discriminación, abandono. Todo eso existe, y mucho.

¿Qué acciones llevan adelante desde la Secretaría?

– Durante todo junio trabajamos con escuelas, familias, instituciones. Empezamos el 4 en la Jacoba Saravia con chicos de cuarto y quinto grado. Usamos cartas, audiovisuales, actividades que buscan despertar el cariño por los abuelos, porque la indiferencia también es violencia. La idea es sembrar desde la infancia el buen trato.

¿Coincide este año con el Día del Padre?

– Sí, y es una linda coincidencia. Porque se trata justamente de eso: reconocer a quienes nos cuidaron toda la vida y hoy están más frágiles. No se trata solo de afecto, también de responsabilidad. A todos nos va a llegar ese momento. Y lo que nuestros hijos ven que hacemos hoy con nuestros padres, es lo que harán mañana con nosotros.

¿Qué pasa cuando la familia no puede seguir cuidando?

– Ahí es clave conocer nuestros derechos. Muchas veces son las hijas o esposas quienes cuidan, y terminan agotadas. Es peso muerto, personas corpulentas movidas por mujeres delgadas. No alcanza solo con el amor. Hay que saber cómo cuidar. Por eso capacitamos, ofrecemos cursos y ayudamos con los trámites. El cuidado domiciliario está contemplado como prestación médica obligatoria. Las obras sociales deben cubrirlo. Hay que presentar el certificado médico y autorizar el acompañamiento. Eso da un respiro.

¿Y si no alcanza con cuidadores domiciliarios?

– Cuando la atención médica en casa se vuelve inviable, se evalúa una institucionalización. Pero eso debe ser una decisión médica, no una manera de “sacarse de encima” a la persona mayor. Existen hogares de residencia y geriátricos, que no son lo mismo. En un geriátrico hay atención médica continua, porque la persona está encamada o con enfermedades como Alzheimer. En cambio, en una residencia, hay mayor libertad y autonomía.

¿Cómo saber si el lugar al que llevamos a un familiar es adecuado?

– Primero, tiene que estar habilitado. No se puede institucionalizar en un lugar “trucho”. Hay que hablar con la directora médica, recorrer el espacio, oler el ambiente, observar si hay música, si hay afecto. Después, no se trata de dejarlo ahí y olvidarse. La familia debe seguir presente. Visitas, salidas, gestos. Abandonar emocionalmente es también una forma de violencia.

¿Qué tipo de violencia es más común?

– El 75% de los casos, según la Corte Suprema, proviene del entorno familiar o institucional. El otro 25% es comunitario: jubilaciones insuficientes, esperas interminables en los bancos, falta de prioridad en la atención. En Salta, el 12% de la población —más de 170.000 personas— tiene más de 60 años. Hay que segmentar esa población: independientes, semidependientes y dependientes. Y pensar políticas para cada grupo.

¿Qué rol cumple el Estado frente a esta problemática?

– Desde la Secretaría trabajamos con cuatro residencias públicas en Salta, Tartagal, Orán y Chihuahua, además de articular con hogares privados o gestionados por la Iglesia. También impulsamos talleres sobre accesibilidad, cuidado, autonomía. A veces, cuidar es permitir que la persona siga haciendo sola lo que puede. Es dignidad.

¿Y si alguien detecta un caso de maltrato?

– Debe denunciar. Si ocurre en ese momento, llamá al 911. Si no es urgente, llamá al 148 opción 2, una línea que el gobernador habilitó exclusivamente para temas de personas mayores. Las denuncias son confidenciales y anónimas. Pero si no se denuncia, no se puede intervenir.

¿Qué mensaje final le dejarías a la sociedad?

– Que el buen trato se hereda. No se trata solo de decirle a tus hijos que respeten a los mayores, sino de mostrarles cómo lo hacés vos. Lo que ellos ven, eso harán. La violencia empieza por la indiferencia. Y si queremos vivir en una sociedad más justa, tenemos que empezar por cuidar a quienes nos cuidaron.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/policiales

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