“El gran desafío es que los residuos secos no terminen en el relleno sanitario”

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El secretario de Ambiente habló sobre los avances en el tratamiento de residuos y la gestión ambiental en la ciudad. Destacó programas clave como el “Neumatón”, que ya erradicó 900 toneladas de neumáticos fuera de uso, y el “RAEETON”, una iniciativa para reciclar residuos electrónicos. Además, abordó la importancia de la colaboración público-privada, la educación ambiental y los desafíos en la separación de residuos en origen.

El secretario de Ambiente habló sobre los avances en el tratamiento de residuos y la gestión ambiental en la ciudad. Destacó programas clave como el “Neumatón”, que ya erradicó 900 toneladas de neumáticos fuera de uso, y el “RAEETON”, una iniciativa para reciclar residuos electrónicos. Además, abordó la importancia de la colaboración público-privada, la educación ambiental y los desafíos en la separación de residuos en origen.

¿Qué hace la Municipalidad por el ambiente?

Venimos trabajando para dar un salto de calidad en lo que respecta al cuidado del medioambiente. No es fácil, todo es muy complejo, pero desde el inicio de la gestión hemos logrado avanzar en algunos aspectos clave. Uno de ellos es el tratamiento integral de residuos, siempre con el objetivo de generar circularidad en la economía. Hay proyectos muy importantes que vale la pena destacar. Uno de ellos es el Neumatón, un programa muy efectivo que nos permitió erradicar NFU (neumáticos fuera de uso). En la ciudad de Salta, ya realizamos tres ediciones y estamos por lanzar la cuarta. Hasta ahora, logramos retirar 900 toneladas de NFU que no tenían destino, y que, en lugar de aportar, agravaban el problema ambiental. Estos neumáticos son focos ideales para la proliferación del mosquito del dengue, además de terminar tirados en canales, baldíos o esquinas, generando serios inconvenientes, especialmente cuando obstruyen el escurrimiento del agua. Por eso el Neumatón ha sido muy satisfactorio.

A partir de esa experiencia nació el RAEETON, que también está creciendo. Ya tuvimos una edición en el parque San Martín en la que recibimos residuos electrónicos y eléctricos en desuso. Muchos vecinos no saben qué hacer con estos aparatos -teclados, mouses, televisores, computadoras- que parecen inofensivos, pero contienen componentes muy complejos de degradar.

¿También participan empresas?

Sí. Trabajamos con empresas que se encargan de desarmar y extraer materiales como metales complejos, plásticos y otros componentes. Luego, esos residuos son derivados a lugares que nos emiten un certificado de disposición final. Así, aseguramos un manejo ambientalmente responsable. Además, articulamos con emprendimientos de economía circular y empresas locales que llevan adelante tareas de reciclaje muy importantes. La articulación público-privada ha avanzado muchísimo en la ciudad.

También tenemos programas como Eco Canje, donde entregamos premios a quienes traen residuos secos reciclables. Estos premios pueden ser arbolitos, semillas o productos elaborados a partir de materiales reciclados.

¿Y en cuanto a la limpieza urbana?

Es una tarea intensa y permanente. Avanzamos bastante en lo que respecta a los microbasurales. Decidimos enfocarnos en el origen del problema: cuando las personas tiran residuos y contribuyen a formar estos focos. En muchos casos logramos identificar a quienes los generan y, en lugar de multarlos directamente, trabajamos con educación ambiental. Nos sorprendió gratamente la buena recepción de muchas familias y vecinos, que empezaron a colaborar y a entender que, si todos aportamos, podemos mejorar. Sin embargo, el mayor problema no está en las actitudes individuales, sino en algunas empresas, grandes comercios o generadores de residuos que tienen conductas mucho más dañinas que los domicilios particulares.

¿Cómo intervienen ante esos casos más graves?

También aplicamos educación ambiental, pero allí sí se implementan sanciones más severas y un seguimiento riguroso. Por ejemplo, logramos secuestrar un camión de una empresa que se dedicaba a desechar escombros y basura a través de contenedores. Ya la habíamos multado varias veces sin resultados. Cuando incautamos el vehículo, recién entonces se interesaron.

Desde ese momento mantuvimos reuniones para aclarar las reglas del juego. Además, detectamos que muchas grandes generadoras de residuos entregaban materiales secos, y a veces reciclables, a empresas sin trazabilidad, lo que impedía garantizar su disposición final. Desde el municipio estamos corrigiendo esas prácticas. Cuando analizamos los volúmenes de residuos domiciliarios húmedos, vemos que están bastante controlados gracias a la recolección oficial de Agrotécnica Fueguina. El problema sigue siendo el manejo de residuos secos, que muchas veces terminan donde no deben y sin control.

¿Qué pasó con la separación domiciliaria de residuos? ¿Sigue vigente o se suspendió?

La separación sigue vigente. Existe una discusión constante sobre si conviene separar en origen -es decir, en cada hogar- o hacerlo en el relleno. Pero en algún momento hay que hacerlo. Todavía el nivel de separación en origen es bajo. Y cuando decimos “origen”, hablamos del domicilio. Lo cierto es que no podemos dejar de promoverla. Al contrario, buscamos que en los hogares se mantenga la separación.

El problema es que, en el trayecto entre que el vecino separa los residuos y estos llegan al relleno, muchas veces se mezclan nuevamente. Ahí estamos trabajando fuerte. En caso de que eso ocurra, tenemos mecanismos de captación posterior en el propio relleno, que ya no son de origen, pero permiten rescatar materiales aprovechables.

Los residuos secos no deberían ir al relleno sanitario. Ocupan espacio innecesariamente y son materiales perfectamente reciclables. Las cooperativas que trabajan en el relleno vienen haciendo un gran trabajo. Además, sumamos puntos verdes donde los vecinos pueden llevar metales, plásticos, cartón o papel. El vidrio sigue siendo un desafío, porque su reciclado no es sencillo, pero ya hay campañas para reactivar su valor y promover su reinserción en la economía circular. Vamos avanzando, aunque queda mucho por hacer. El porcentaje de separación domiciliaria mejora muy lentamente y exige un gran esfuerzo, tanto del Estado como de los ciudadanos. Si logramos ese compromiso colectivo, evitaremos que grandes cantidades de materiales reciclables terminen en el relleno.

-¿Cuál es la impronta de su gestión?

Me gustaría que me recuerden como alguien que, contando con herramientas y normativas valiosas, puso el foco en la educación y la transmisión del conocimiento.

Fuente: https://www.eltribuno.com/salta/seccion/salta

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