Imagine poder visitar un museo y examinar de cerca cerámicas de mil años de antigüedad, disfrutar a solas de joyería de siglos pasados o inspeccionar el interior de un bolso de Versace.
Ahora, el V&A de Londres ha inaugurado un revolucionario espacio expositivo, donde los visitantes pueden elegir entre unos 250.000 objetos, solicitar algo que deseen observar detenidamente y recibirlo en una sala para una visita privada.
La mayoría de los museos tienen miles de objetos históricos y valiosos escondidos en sus almacenes, que el público nunca logra ver ni disfrutar.
Pero el V&A Storehouse, que abrió el 31 de mayo en un almacén especialmente adaptado, ha planteado un concepto radicalmente nuevo. Y todo es completamente gratis.
“Los museos deberían ser, y son, para todos… la colección del V&A es para todos. Pertenece a todos, y todo el mundo debería tener acceso gratuito, equitativo y significativo a ella”, afirmó la curadora principal, Georgia Haseldine.
“Esto es algo sin precedentes a nivel mundial, nunca antes se había permitido a las personas acceder libremente, sin necesidad de reservar, al mismo espacio que una colección nacional, y en esta magnitud”, añadió.
Una quinta parte de la colección total del museo ya está disponible para ser vista y disfrutada en el edificio de cuatro plantas, ubicado en el sitio originalmente destinado a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Sin vidrio protector
“Es fantástico, es mucho mejor que un museo convencional”, expresó Jane Bailey, una profesora de física jubilada, mientras recorría los pisos del edificio.
El nuevo V&A Storehouse ofrece acceso sin precedentes a una quinta parte de la colección del museo, sin necesidad de reservas previas y sin vidrio protector
“Estoy realmente, realmente impresionada. Acabamos de enterarnos de esto, pero es fenomenal”.
Jane quedó fascinada al ver la batería negra y roja que perteneció a Keith Moon, miembro de la banda The Who. Comentó que sería estupendo poder revivir al legendario baterista, quien falleció en 1978, para que tocara un set para ellos.
En un almacén masivo que se asemeja a un hangar comercial de bricolaje y se extiende por más de 30 canchas de baloncesto, compiten por espacio estanterías llenas de cerámicas, tapices, pinturas y juguetes del periodo Tudor.
Incluso se encuentran allí el techo dorado completo de madera del siglo XV del desaparecido Palacio de Torrijos y la oficina Kaufmann, una sala panelada que es el único interior completo de Frank Lloyd Wright fuera de Estados Unidos.
Entre las exhibiciones se encuentra también el impresionante telón escénico diseñado para Le Train Bleu, una copia de un cuadro de Pablo Picasso creado especialmente para la producción de Ballets Rusos de 1924. Con sus 12 metros de longitud, su tamaño colosal ha significado que rara vez se ha podido ver desde su debut en el escenario.
No hay vidrio protector.
Una de las primeras visitantes del Storehouse fue la princesa Kate, patrona del V&A y entusiasta amante del arte, quien realizó una visita guiada el martes.
Describió la colección como “ecléctica” mientras utilizaba el sistema “solicite un objeto” para examinar un catálogo de muestras del reconocido diseñador textil inglés del siglo XIX, William Morris, además de rollos de textiles ornamentados e instrumentos musicales.
Todas las piezas están disponibles para el público los siete días de la semana y pueden reservarse a través de un sistema de reservas en línea para una consulta privada en la fecha y hora de su preferencia.
El edificio, ubicado en el sitio de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, alberga piezas únicas como el techo del Palacio de Torrijos y la oficina Kaufmann de Frank Lloyd Wright
El personal del museo está presente para supervisar mientras los visitantes, usando guantes morados, sacian su curiosidad y pasan tiempo con los objetos que han elegido.
“Carta de amor”
Es un cambio enorme frente a la típica advertencia de “¡No tocar!” que suele encontrarse en los museos para proteger sus objetos de posibles daños.
La curadora Haseldine reconoció: “Ciertamente, hemos encontrado cierto nivel de escepticismo y preocupación”.
Sin embargo, explicó que, una vez que se expone adecuadamente la idea, incluyendo “lo significativo que es comenzar a abrir y devolver las colecciones a la comunidad… la gente empieza a pensar de manera creativa sobre cómo podemos hacerlo”.
La iniciativa busca democratizar el acceso al arte y la cultura, permitiendo a los visitantes examinar de cerca cerámicas, textiles y objetos de valor histórico
El estadounidense Manuel Garza, residente en Londres, opinó que el V&A Storehouse era “uno de los espacios más interesantes que se han inaugurado recientemente aquí en Londres”.
Haseldine dijo que “este edificio es una carta de amor hacia los objetos”.
“Poder ver la parte trasera de un objeto, explorar dentro de un vestido o inspeccionar el fondo de una olla, son formas en las que realmente aprendemos sobre nuestra cultura material”, añadió.
La experta Kate Hill, docente de historia cultural en la Universidad de Lincoln, señaló que “es algo bastante inusual que los museos abran sus almacenes”.
“La mayoría de las veces, ofrecen algunos recorridos ‘entre bastidores’, pero sus objetos no son accesibles. Son visibles, pero no accesibles”.
La visitante Jane Bailey expresó: “Espero que este sea el museo del futuro, porque algunos son muy, muy rígidos. Recientemente, fuimos a uno y fue exasperante”.
Fuente: AFP.
Fotos: Henry Nicholls/ AFP.