Como desde hace 23 años, cada 12 de junio se conmemora a nivel internacional el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, destinado a ejercer acciones tendientes a erradicar el trabajo de las infancias en todo el mundo.
Y si bien los números seguían siendo alarmantes, alrededor del año 2019 informes de las Naciones Unidas anunciaban un panorama con perspectivas de mejoras, hasta que hace unos cinco años las estadísticas comenzaron nuevamente un franco retroceso en relación con los avances mostrados hasta ese año.
El último lustro ha sumido más familias en la pobreza debido a los conflictos armados, crisis globales y la pandemia de COVID-19. Los programas, las ayudas y el pausado crecimiento económico, no han sido suficientes, con lo cual muchos niños y niñas han salido a trabajar en condiciones de precariedad, una forma más de agravar la situación de las infancias a nivel global.
Actualmente uno de cada diez niños en el mundo trabaja, es decir que, en este momento, 160 millones de niños en el mundo no están jugando, están trabajando, procurando pan y trabajo para ellos y para alguien más también, llámese familia, grupo de referencia, comunidad.
Frente a estas cifras que representan infancias en situación de irregularidad ante la ley, niños y niñas trabajando y no jugando o estudiando, el Llamamiento a la Acción de Durban para la Eliminación del Trabajo Infantil, del 22 de mayo de 2022, es claro en acciones que solicitan para erradicar la problemática:
Acelerar los progresos de múltiples partes interesadas a fin de prevenir y eliminar el trabajo infantil, dando prioridad a las peores formas de trabajo infantil, mediante esfuerzos para hacer realidad el trabajo decente para los adultos y los jóvenes que alcanzan la edad mínima de admisión al empleo.
Poner fin al trabajo infantil en la agricultura.
Fortalecer la prevención y la eliminación del trabajo infantil, incluidas sus peores formas, el trabajo forzoso, la esclavitud moderna y la trata de personas, y la protección de los sobrevivientes de estos flagelos mediante respuestas políticas y programáticas basadas en datos y en información proporcionada por los sobrevivientes.
Hacer realidad el derecho del niño a la educación y garantizar el acceso universal a una educación y formación gratuitas, obligatorias, de calidad, equitativas e inclusivas.
Lograr el acceso universal a la protección social.
Mejorar la financiación y la cooperación internacional para eliminar el trabajo infantil y el trabajo forzoso.
Un granito de arena no es solo un granito de arena
Acciones que se multiplican, son también acciones que se visibilizan para demostrar el compromiso y generar un cambio en la sociedad de la que somos parte. Y, ¿por qué no? compromiso que se multiplica por conocimiento de las acciones y la tarea de implicarse para ofrecer alternativas.
En este sentido es interesante la tarea y acompañamiento que llevan adelante la Fundación Vamos a Andar y la empresa ALLIANCE ONE TOBACCO ARGENTINA para sostener y fortalecer el programa Brazos Abiertos que aborda de manera integral la problemática del trabajo infantil y del fortalecimiento de los derechos de niños, niñas y adolescentes que se encuentran en situación de vulnerabilidad del sector rural tabacalero de Argentina.
Con más 9.000 horas de actividades realizadas durante el último período (marzo 2024 – marzo 2025) el programa logró alcanzar un total de casi 29.000 niños, niñas y adolescentes que se formaron en derechos a través de actividades lúdicas, recreativas y de aprendizaje; siempre con el foco puesto en fortalecer las trayectorias escolares, acompañar a las familias y la comunidad y brindar un ámbito seguro y cuidado para infancias y adolescencias.
Las localidades en donde el programa se lleva adelante en la provincia de Salta son: Chicoana y El Carril; en Jujuy, Ovejería (Monterrico); en Tucumán, Los Pizarros (La Cocha); en Misiones, 25 de Mayo y Pozo Azul.
Con más de 3000 talleres ejecutados en los últimos doce meses a cargo de profesionales que abordaron temas centrales de interés para niños, niñas y adolescentes, sus familias y comunidad escolar, Brazos Abiertos inicia un nuevo ciclo de propuestas y acompañamiento con el propósito de fortalecer la gestión educativa, comunicar derechos y generar acciones tendientes a erradicar el trabajo infantil; un granito de arena que se multiplica cada año.