Desde la mirada del actor, existe una postura clara: “Aparte Cabré es un tipo muy dedicado que le va a decir: ‘flaca, si cada vez que vas a cambiar de novio vas a cambiar de país o de colegio está complicado’”, remarcó la conductora. El pacto, muy conversado, parte de esa premisa: la vida diaria de Rufina, su educación y su pertenencia permanecen en Argentina mientras la actriz inicia una nueva etapa en el Viejo Continente.
La situación se completa con la decisión de que Rufina siga en el país. La familia evalúa opciones para que madre e hija no pierdan contacto durante la estadía de la China Suárez en Europa. Así lo relata Latorre: la adolescente, de 12 años, permanece en Argentina, apuesta a la continuidad de sus estudios y a sus entrenamientos de hockey. Solo se manejan alternativas seguras y consensuadas para que Rufina viaje a Turquía durante las vacaciones, reforzando el vínculo sin sacrificar la estructura habitual de la menor. La familia imagina visitas puntuales, sea de la madre a la hija o de la hija a la madre, en períodos determinados. El acuerdo no admite improvisaciones ni cambios drásticos. La estabilidad escolar se antepone a cualquier deseo de traslado permanente.
Sobre los hijos compartidos con Benjamín Vicuña, surge un escenario diferente. Magnolia y Amancio sí acompañan a la China Suárez en su aventura europea, gracias a una coincidencia de agendas laborales. Según explica la panelista en LAM, el padre de los niños viaja al Viejo Continente para grabar una ficción durante seis meses. Esa coincidencia facilita la presencia de los menores cerca de ambos padres. “Con los chicos que tiene con Vicuña van a ir porque de hecho Benjamín tiene que grabar seis meses una tira en Europa, por lo que no habría ningún problema, le queda más cerca”, describió Latorre, despejando dudas sobre posibles conflictos logísticos o emocionales en esa línea familiar. La reorganización, en este caso, sigue el ritmo de los compromisos profesionales de Vicuña, que habilitan nuevas dinámicas en el día a día de los pequeños.
En otra arista, la relación entre Mauro Icardi y Wanda Nara atraviesa tensiones en el plano legal y familiar. El delantero, de regreso al Galatasaray de Turquía, solicita la tenencia internacional de sus hijas y la restitución de sus pasaportes. Su propósito: alejar a las niñas de la Argentina y evitar su pronto retorno. Yanina Latorre transmitió el testimonio de la abogada Ana Rosenfeld sobre el presente emocional de Wanda Nara después del pedido formal de Icardi. “Está destruida. Hoy Mauro pidió la restitución internacional, tenencia de las niñas, pasaporte. Él no quiere, bajo ningún punto de vista, que las niñas vuelvan a vivir a Argentina”, afirmó Latorre al aire. El conflicto se centraliza en los deseos opuestos de ambos padres sobre dónde debería residir la familia y cómo deben organizarse los traslados en medio de acuerdos poco flexibles.
La propia Wanda resolvió no seguir el camino de una mudanza. En el festejo por sus 4 años de su marca de cosméticos, respondió de forma directa y sin margen para rumores. El conductor Ángel de Brito preguntó: “¿Qué te pasó cuando te enteraste que Mauro se quiere llevar a las chicas a Turquía? Ahora formalmente, porque esto ya lo hablamos”. Wanda, notoriamente movilizada, se limitó a decir: “No puedo hablar de eso, ya saben lo que pasó, imaginate. A veces hay cosas que no necesitan una respuesta. Estoy con las chicas”. Sobre sus proyectos personales, la empresaria expresó: “Sí, yo tengo trabajo acá, tengo contrato con Telefe. Ya empezamos a hablar para Masterchef, y arranco las grabaciones de Love is Blind, nada cambia de lo que siempre les conté de mis planes laborales”.