Daniel Sancho cumple 31 años este miércoles 11 de junio. Es su primer cumpleaños desde que fuera condenado por el asesinato premeditado y posterior descuartizamiento de Edwin Arrieta, delitos por los que cumple condena a cadena perpetua en la prisión de Surat Thani, donde las condiciones de su día a día son muy distintas de las que tenía hace justo un año en la cárcel de Koh Samui.
Este 2025, su cumpleaños trascurre lejos de cualquier celebración familiar y marcado por las estrictas normas que rigen su vida diaria en la prisión tailandesa de Surat Thani, las cuales le complican todavía más la posibilidad de comunicarse con sus familiares.
Desde que en 2023 se conociera la noticia del asesinato de Arrieta en la isla de Koh Phangan, la vida de Daniel Sancho dio un giro radical. Tras su detención y el desarrollo del proceso judicial, el joven chef fue condenado formalmente y trasladado, una vez finalizado el juicio en la Corte de Koh Samui, a la prisión de Surat Thani, donde cumple ahora su condena por asesinato. El cambio de centro penitenciario ha supuesto un endurecimiento de las condiciones del recluso, cuya vida diaria se ha vuelto aún más restringida y solitaria.
Una de las diferencias más significativas para Sancho respecto a su estancia anterior en Koh Samui es el régimen de visitas. En su anterior destino, el joven podía contar con la compañía diaria de su familia, abogados e, incluso, miembros del personal consular español, en un entorno donde las visitas eran más flexibles y frecuentes. Allí, la presencia de sus padres —especialmente en los días previos a la sentencia— resultó un apoyo fundamental para Daniel, que afrontaba entonces la incertidumbre del desarrollo judicial.
El tribunal de Tailandia deberá revisar las 400 páginas del folio entregado por la defensa de Sancho para decidir si el juicio será repetido – crédito EFE
Sin embargo, la llegada a la prisión de Surat Thani ha supuesto un cambio drástico. Según la normativa vigente en este centro, Sancho solo tiene derecho a una visita presencial semanal y la posibilidad de realizar dos videollamadas, completamente supervisadas y de corta duración. Este sistema, mucho más estricto que el anterior, limita enormemente el contacto con el exterior y con sus seres queridos, incrementando su sensación de aislamiento.
La rutina de Daniel Sancho
La vida diaria en la prisión de Surat Thani está marcada por una estricta rutina. Los reclusos deben abandonar sus celdas a las 6:50 de la mañana. Poco después, en el patio, los funcionarios realizan un conteo entre himnos, rezos budistas y la lectura de normas del centro. Por la tarde, a las 16:00, tiene lugar un segundo rezo y recuento antes del regreso a las celdas, donde los internos permanecen sin acceso a internet ni información del exterior.
Sancho convive, en su mayoría, con presos asiáticos y solo hay tres occidentales más, lo que según él mismo ha confesado genera una vivencia distinta y un trato diferenciado por su condición de extranjero. Apenas puede comunicarse o ver la televisión, lo que incrementa su aislamiento. Para sobrellevar la situación, ha encontrado refugio en el ejercicio físico diario y la lectura, ya que el centro apenas ofrece actividades de reinserción, sobre todo a los extranjeros, que no pueden trabajar.
Como compensación, estos internos tienen derecho a un número mayor de videollamadas y visitas presenciales prolongadas, lo que permite a Daniel mantener el contacto frecuente con sus padres y sus abogados, algo que sin duda cobrará especial importancia el día de su cumpleaños.
Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, ha ingresado en prisión en Tailándia por el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta.
No solo el estricto régimen de visitas y las normas internas hacen más complicada la vida en Surat Thani que en Koh Samui. Y es que la prisión en la que Sancho cumple condena tiene cerca de 5.400 prisioneros. Esto es más del doble de su capacidad y 10 veces más reos de los que albergaba el centro penitenciario de Samui, con los consiguientes problemas de hacinamiento que esto ocasiona.
Solitario cumpleaños
La jornada de su cumpleaños de Daniel Sancho será, previsiblemente, similar al resto de días en la prisión: rutina estricta, horarios marcados y contacto escaso con el exterior. No hay permisos especiales para reclusos en su aniversario, por lo que el día se desarrollará sujeto a las normas y limitaciones habituales. En este tipo de centros, algunos internos pueden recibir pequeños paquetes autorizados o mensajes, aunque todo está sometido a un riguroso control de la administración penitenciaria tailandesa.
La defensa legal de Daniel Sancho, mientras tanto, prosigue sus trámites de apelación y busca la manera de mejorar, en la medida de lo posible, el día a día del joven durante su tiempo de condena. Las gestiones diplomáticas de la embajada de España en Tailandia se mantienen, pero las autoridades tailandesas han endurecido los procedimientos para cualquier tipo de interacción, conscientes del interés mediático que suscita cada movimiento en torno al caso Sancho-Arrieta.
A la espera de los recursos interpuestos —cuyos plazos aún se extienden en el tiempo—, Daniel Sancho afronta este 31º cumpleaños en soledad, lejos del calor familiar y con la única compañía de los internos y funcionarios penitenciarios.
Fuente: https://www.infobae.com/america/