Una tarde de domingo en San Francisco, Heather Brady descansaba en su hogar cuando un oficial de policía llamó a su puerta con una pregunta inesperada: ¿había solicitado admisión en Arizona Western College? La respuesta fue negativa, pero el oficial ya sospechaba que alguien había utilizado su identidad para inscribirse en universidades comunitarias de Arizona y así estafar al gobierno mediante el cobro de ayudas financieras.
Al revisar su cuenta de préstamos estudiantiles, Brady descubrió que los estafadores habían ido más allá: un préstamo de más de 9.000 dólares había sido desembolsado en su nombre, pero dirigido a otra persona para cursar estudios en una universidad de California. “No puedo imaginar a cuántas personas les está pasando esto y no tienen idea”, expresó Brady.
El auge de la inteligencia artificial y la creciente popularidad de las clases en línea han provocado un incremento alarmante en los fraudes relacionados con ayudas financieras. Según reportó The Associated Press (AP), redes criminales están utilizando “estudiantes fantasma”, es decir, chatbots que se inscriben en cursos en línea y permanecen el tiempo suficiente para cobrar los cheques de ayuda financiera.
Cómo están utilizando la IA para estafar a estudiantes universitarios
Los estudiantes legítimos sufren las consecuencias de estas estafas. (Imagen Ilustrativa Infobae)
En algunos casos, los profesores descubren que casi ninguno de los inscritos en sus clases es real. Esto no solo afecta a las instituciones educativas, sino también a estudiantes legítimos que se ven bloqueados de los cursos necesarios para graduarse. Además, las víctimas de robo de identidad enfrentan largos procesos para eliminar deudas fraudulentas de sus registros.
El pasado viernes, el Departamento de Educación de los Estados Unidos implementó una regla temporal que exige a los estudiantes presentar una identificación emitida por el gobierno para demostrar su identidad al solicitar ayuda financiera federal por primera vez. Esta medida, que afectará a unos 125.000 solicitantes para el periodo de verano, busca frenar el fraude que, según la agencia, ha alcanzado niveles que ponen en peligro el programa de ayuda estudiantil. La institución también trabaja en sistemas de verificación más avanzados para el próximo otoño. “La tasa de fraude mediante identidades robadas ha alcanzado un nivel que pone en riesgo el programa federal de ayuda estudiantil”, señaló el departamento en su comunicado.
En California, el problema es particularmente grave. Según datos obtenidos por AP a través de solicitudes de registros públicos, los colegios comunitarios del estado reportaron en 2024 1.2 millones de solicitudes fraudulentas, de las cuales 223.000 resultaron en inscripciones sospechosas. Estas actividades delictivas generaron pérdidas de al menos 11.1 millones de dólares en ayudas financieras federales, estatales y locales que no pudieron ser recuperadas.
Las universidades comunitarias son un blanco frecuente debido a sus bajas matrículas, lo que permite que una mayor proporción de los préstamos y subvenciones se destine directamente a los estudiantes.
Los estafadores suelen emplear chatbots impulsados por inteligencia artificial para ejecutar estas operaciones, enfocándose en cursos en línea que permiten a los estudiantes completar tareas y ver clases en horarios flexibles. Un ejemplo de esto ocurrió en enero, cuando Wayne Chaw, residente de California, comenzó a recibir correos electrónicos sobre una clase en De Anza Community College, institución donde había tomado cursos de programación una década atrás.
Los delincuentes utilizaron su número de Seguro Social para inscribirse en un curso de gestión energética y cobrar 1.395 dólares en su nombre. Aunque el fraude involucró una subvención y no un préstamo, Chaw quedó alarmado al descubrir que alguien había presentado tareas en su nombre, probablemente utilizando un chatbot. “Esta persona está escribiendo como yo, diciendo mi nombre y apellido… Me asusté mucho cuando lo vi”, admitió.
Un fraude que afecta a estudiantes universitarios y otras personas
La estafa también afecta a gente que nunca cursó la universidad. (Imagen Ilustrativa Infobae)
El impacto de estos fraudes no se limita a las instituciones educativas. Personas como Brittnee Nelson, residente de Shreveport, Luisiana, han enfrentado graves consecuencias personales. Nelson, quien dirige un negocio de limpieza y nunca asistió a la universidad, descubrió que se habían tomado préstamos en su nombre para instituciones en California y Luisiana, incluyendo un préstamo de más de 5.000 dólares para Delgado Community College en Nueva Orleans. Aunque logró cancelar uno de los préstamos antes de que se desembolsara, el otro casi entró en mora antes de que pudiera ser puesto en suspensión. “Es como si alguien entrara a tu casa y te robara”, expresó. Tardó dos años en eliminar las deudas fraudulentas de su historial crediticio.
“Si pueden hacer que estos obstáculos sean un poco más difíciles y que estas verificaciones sean más demostrables, creo que eso realmente protegerá a las personas a largo plazo”, añadió Nelson.
Barbara Waiters, portavoz de Delgado, aseguró que la responsabilidad de aprobar los prestamos corresponde a las agencias federales y calificó de lamentable y grave el asunto, sin embargo, aclaró que no es el “resultado directo o indirecto de los procesos internos” de la universidad.