Trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) realizaron una manifestación encabezada por miembros de APINTA, el gremio que representa a los empleados del INTA, quienes denunciaron un “plan sistemático de desmantelamiento” de la institución.
David Vargas, secretario gremial de APINTA, explicó en diálogo con Radio Salta que la movilización buscó visibilizar el rechazo de los trabajadores al “plan de ajuste que impulsa el Gobierno nacional” y que se expresa en distintas medidas. “El cambio más grave que quieren imponer es el de la gobernanza del INTA, que por ley contempla representación pública y privada. Quieren concentrar el poder de decisión y eliminar el equilibrio institucional”, aseguró.
Actualmente, el consejo directivo del INTA está conformado por representantes del Estado, universidades públicas y entidades del sector privado. Según Vargas, el objetivo del Gobierno sería quedarse con el control absoluto de las decisiones, lo que permitiría ejecutar recortes y cierres sin consenso.
Entre las consecuencias previstas, el gremio advirtió sobre la posible eliminación de agencias locales, la transformación de los centros regionales en estructuras más reducidas, el despido de 800 trabajadores bajo contrato PNP (planta no permanente), y la desvinculación de becarios. Además, alertaron sobre el interés inmobiliario detrás de las tierras experimentales del organismo. “El INTA tiene presencia en todo el país, con predios estratégicos. Ya se vendió un edificio emblemático en Buenos Aires por un valor muy inferior al real. Esto no es una improvisación, es un plan económico de extracción, de saqueo”, denunció.
Consultado sobre su propio trabajo, Vargas aclaró que, aunque cumple funciones sindicales, continúa trabajando en la Estación Experimental Agropecuaria de Cerrillos de lunes a viernes. “No tengo licencia gremial. Cumplo mis tareas y también represento a los trabajadores. Lo hago porque creo en lo que significa el INTA para la sociedad”, remarcó.
El dirigente fue contundente al señalar que “el intento de desmantelar el INTA es también un ataque a la soberanía”. “El INTA lleva 68 años en la mesa de los argentinos. Desarrolla tecnología, innovación, calidad para el pequeño, mediano y gran productor. Quieren vaciarlo, cerrar la agricultura familiar y beneficiar solo a los grandes grupos económicos”, concluyó.