El cartel colocado en la puerta de la iglesia San Juan Bautista de Santo Pipó sorprendió a los feligreses: “El párroco atenderá en la Comisaría de 8 a 12. Orden de la superioridad. Pedimos comprensión”. La notificación refleja la sanción del gobierno de Misiones al sacerdote Marcos Szyszkowski, capellán de la Policía, tras sus críticas a la gestión del Frente Renovador de la Concordia, el sector político que acaba de renovar su predominio de décadas en las últimas elecciones legislativas de este domingo.
La medida, que también afecta a su hermano Fabián Szyszkowski, se traduce en la obligación de cumplir turnos de oficina en dependencias policiales, lo que restringe su labor pastoral a un horario fijo y limitado. Fabián renunció a su puesto como capellán, pero Marcos continúa con sus tareas.
“No tiene razón de ser esta sanción ni este accionar del gobierno provincial. No es muy entendible prohibirle a un cura o castigarlo por una invocación religiosa. Estamos en una situación complicada”, consideró hoy Marcos Szyszkowski en declaraciones a radio Con Vos.
El sacerdote explicó que la sanción limita su acompañamiento a la comunidad policial y a los fieles. “La tarea del capellán es estar activo y dispuesto las 24 horas para lo que sea necesario. Hicieron sentir el poder, no corresponde. Yo no estoy subordinado a la fuerza policial, no soy subordinado de la Policía, mi tarea pastoral está ligada al obispado o a la diócesis”, consideró.
La decisión de la Jefatura de Policía de Misiones afecta a ambos hermanos, quienes en el último año adoptaron un perfil crítico hacia las autoridades provinciales. Durante el conflicto salarial de 2023, acompañaron a los policías acuartelados en Posadas. El último revuelo ocurrió durante la homilía del cura Marcos el pasado 25 de mayo, cuando criticó la decisión del Tribunal Electoral que impidió votar a policías y militares en servicio activo. En esa ocasión, el sacerdote denunció: “Policías silenciados por opinar, docentes agobiados por salarios indignos, médicos extenuados que trabajan por migajas, presos sin juicios, ciudadanos con miedo a hablar o alzar la voz”.
El cura recibió el apoyo de los feligreses y de su comunidad en la comisaría de Santo Pipó
Marcos Szyszkowski relató que sus palabras en la homilía del 25 de mayo tuvieron un eco inesperado: “Nunca pensé que una invocación religiosa de un pueblo pequeño de Misiones tendría la repercusión que tuvo. Pero la gente usó suya las palabras, y lo empezó a replicar porque es lo que nadie puede decir. La gente me dijo ‘padre estamos con vos’”.
Sin embargo, según su mirada, aquello tuvo represalias. “Lo que decía antes de acompañar en el territorio, que era bien visto o festejado, hoy es casi un delito. Ir a un operativo o acompañar a los efectivos en alguna situación lo festejaban en las redes. Hoy prácticamente es un delito, soy considerado un leproso”, sentenció.
Detrás de la sanción a los sacerdotes emerge la figura de Carlos Rovira, a quien Marcos Szyszkowski atribuye una amplia concentración del poder en la provincia. El Frente Renovador de la Concordia responde a su liderazgo.
“Esto se fue gestando en más de 20 años, amasando el poder muy silenciosamente. Fue acaparando todos los ámbitos públicos y privados del poder. Es una persona muy astuta. En todos lados está él. Tiene pretensiones napoleónicas, que se ponen por encima de todos”, consideró. Además, describió la relación de Rovira con los gobiernos nacionales como fluctuante: “Rovira hizo alianza con todos los gobiernos, con todos los partidos gobernantes a nivel nacional, con Milei es una relación de amor-odio, votan todo en el Congreso y acá hablamos mal de él, por la motosierra y la yerba”.
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El impacto de la medida tuvo consecuencias en su hermano, Fabián Szyszkowski, quien ejercía como capellán en la zona de Oberá y dirigía la capilla de Campo Viera. Tras conocerse la novedad, en sus redes sociales, indicó a la comunidad que estaría “a disposición de la comunidad en la comisaría”. Sin embargo, poco tiempo después, presentó su renuncia al cargo de capellán de la Policía, en medio de las presiones políticas y luego de efectuarse la medida disciplinaria.
El sacerdote explicó que la decisión respondió a un pedido del obispo de Oberá, Damián Bitar: “Yo lo realizo con obediencia evangélica”. En una nota dirigida al ministro de Gobierno, Marcelo Pérez, Fabián Szyszkowski argumentó que la renuncia fue “producto de un discernimiento sereno y en comunión con el obispo de la Diócesis de Oberá, con quien he dialogado con franqueza y en espíritu de comunión”.
En medio de esa polémica, el Frente Renovador de la Concordia ratificó su dominio en Misiones tras más de 26 años este fin de semana, pero tuvo una caída significativa en el caudal de votos. En los comicios legislativos, la fuerza oficialista obtuvo el 28,6 % de los sufragios, en una jornada caracterizada por la baja participación —apenas el 57 % del padrón— y la dispersión de la oferta electoral. En San Pedro, una de las zonas más afectadas por la desregulación del sector yerbatero, la participación tocó un piso histórico del 51 por ciento.
Fabián Szyszkowski, quien ejercía como capellán en la zona de Oberá, renunció a su puesto
El resultado electoral mostró un escenario inédito: La Libertad Avanza se consolidó como segunda fuerza provincial, mientras que el tercer lugar fue para el expolicía Ramón Amarilla, detenido por sedición y electo desde la Unidad Penal VIII de Cerro Azul. El Partido Agrario y Social (PAyS) quedó relegado al cuarto puesto.
A pesar de que el oficialismo celebró el triunfo anunciando que “la Renovación se posiciona nuevamente como la fuerza más elegida en la provincia de Misiones” con el 45 % de las mesas escrutadas, pero presentó señales de desgaste. Desde el escenario, en el centro de campaña, Carlos Rovira, líder del espacio, expresó: “Los misioneros ya estamos acostumbrados a hacer oír nuestra voz, una voz tierna, mansa pero determinante, que muchas veces no se escucha pero resuena en todo el país”.