La Argentina ha reconfigurado su esquema de Servicio Militar Voluntario (SMV), alineándolo con una visión moderna e integral que combina las necesidades operativas de las Fuerzas Armadas (FFAA), con objetivos de desarrollo social. Este nuevo modelo se estructura sobre tres pilares estratégicos:
Finalización de los estudios secundarios.
Certificación en oficios con salida laboral.
Extensión del tiempo de servicio para capacitación en misiones subsidiarias de las FFAA.
Esta transformación representa una respuesta innovadora a los desafíos de la seguridad actual, al tiempo que fortalece el rol social de las FFAA en el marco democrático.
Una de las apuestas centrales del nuevo SMV es garantizar que todos los soldados voluntarios finalicen el nivel secundario durante su período de servicio. A través de convenios interministeriales y articulación con programas de terminalidad educativa, se ofrecen:
Clases presenciales dentro de las unidades militares.
Tutorías adaptadas a las trayectorias previas de los jóvenes.
Evaluación formal con certificación oficial de la Secretaría de Educación.
“No se puede pensar la defensa sin pensar en el derecho a la educación. La inclusión educativa es la mejor forma de preparar a quienes defienden al país”, expresó el ministro de Defensa durante la presentación del nuevo programa.
Esta política responde a un dato estructural: casi un 40 % de los jóvenes que se presentan al SMV no han terminado el secundario. El servicio, entonces, se convierte en una plataforma de acceso al conocimiento y la ciudadanía plena.
A diferencia del modelo tradicional, el nuevo SMV incluye formación técnico-profesional con certificación avalada por organismos civiles. Entre las especialidades más ofrecidas se encuentran:
Mecánica ligera y electromecánica.
Mantenimiento de vehículos tácticos y sistemas de comunicación.
Soldadura, electricidad y refrigeración.
Asistencia en emergencias sanitarias y enfermería.
Operación de drones y vigilancia perimetral.
Todos lo oficios realizados en los cuarteles, los buques y las bases aéreas militares.
Los cursos combinan práctica en talleres militares con estándares de formación del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) y del Ministerio de Trabajo. Esto permite que el personal egresado del SMV pueda insertarse en el mercado laboral con competencias reales, en sectores de demanda creciente.
“El servicio militar ya no es un paréntesis. Es un punto de partida con herramientas concretas para el futuro”, señalan desde los ministerios de Defensa y de Capital Humano. Se hace posible permanecer hasta los 28 años con obra social y haberes acorde con el grado y la antigüedad.
El nuevo esquema extiende el período de capacitación básica individual de dos a tres meses, para permitir una preparación integral en misiones suplementarias, alineadas con el rol subsidiario de las FFAA en democracia. Estas tareas incluyen:
Apoyo logístico y asistencia humanitaria ante desastres naturales.
Protección y control de fronteras en coordinación con Gendarmería.
Participación en tareas de apoyo a la lucha contra el crimen organizado, dentro del marco legal y con supervisión política.
Esta extensión no busca militarizar funciones policiales, sino preparar personal capacitado para escenarios complejos, bajo normas claras de actuación, respeto por los derechos humanos y claras reglas de empeñamiento.
La formación incluye nociones de primeros auxilios, manejo de crisis, logística de evacuación, despliegue en terreno hostil y principios de derecho humanitario. Todo ello en un contexto de colaboración interagencial y respeto por las cadenas de mando civiles.
El rediseño del Servicio Militar Voluntario en Argentina propone una defensa centrada en las personas. Ya no se trata solo de instrucción bélica, sino de:
Formar ciudadanos con oficio y educación.
Fortalecer capacidades operativas reales y útiles.
Insertar a las FFAA en los desafíos sociales sin perder su esencia constitucional.
Esta nueva visión revaloriza el rol del soldado como sujeto social, técnico y operativo y además posiciona al servicio militar como una herramienta de cohesión nacional, movilidad ascendente, seguridad multidimensional y si lo desea puede continuar con la carrera de suboficial u oficial en los institutos de las Fuerzas.
Una defensa que forma, educa y cuida es también una defensa que une.