Desde muy chico, Valentín supo que lo suyo no iba a estar ligado al arte, a pesar de haber crecido rodeado de talento. A diferencia de sus hermanos, que sí heredaron el costado artístico, él tenía otra pasión: la velocidad. “No nos sentimos nunca presionados a hacer lo que hacía la familia. Mis hermanos tiraron para ese lado, pero yo me sentí libre de elegir y dije ‘a mí me gustaría correr’. Y mi abuelo me dijo ‘dale, yo te acompaño’”.
Hoy, con 21 años y ya consolidado como piloto del TC 2000, Valentín lleva en su auto algo más que motor y sueños: lleva una parte de su mamá con él. Cuando Juana Viale le preguntó qué diría Romina si lo viera correr, no dudó: “Yo sé que está conmigo en el auto, no tengo ninguna duda”.
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Con la voz serena pero cargada de emoción, Valentín profundizó: “La siento muy presente, la siento conmigo, siento que me ayuda. Ha habido muchas situaciones donde digo ‘no sé cómo pasó esto’ y estoy seguro de que pasó porque ella estaba ahí”. Incluso, eligió el número 5 en su auto en honor al cumpleaños de su mamá.
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“Creo que tendría miedo, no te voy a mentir, pero yo creo que en cierto punto dejaría ese miedo de lado y me apoyaría 100% en mi decisión”, reflexionó el joven piloto, visiblemente conmovido por pensar ese escenario que tendría si hoy Romina siguiera viva.
También habló sobre cómo vivió la pérdida, siendo tan chico: “La verdad que toda mi vida he sobrepasado todo… Cuando me pasó lo de mi mamá, que era muy chico, después se quedan chiquitos todos los problemas”, expresó, con una madurez que sorprendió a todos en la mesa.
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Valentín también sumó una frase que emocionó a toda la mesa: “La tristeza no es tanto por… O sea, uno se acostumbra a vivir con el dolor, es más por los momentos que se pierden, más por ser tan chico que no viviste tantas cosas y además mi mamá era la número 1, era la mejor madre, no es joda, era posta un ser de luz”.
“Estaba tan presente, realmente fue la mejor mamá del mundo, entonces también cuando miro para atrás o para adelante, todas las cosas que se vienen yo sé que está. En lo físico se extraña, pero la verdad que disfruto mucho lo que hago”, sentenció el hijo de Romina con una sonrisa. Y ahí, en medio del dolor, también apareció la luz.
Fuente: https://www.paparazzi.com.ar/